No estoy en contra de que las alcaldías reciban el Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (Fodes), pero sí estoy en contra de que muchos alcaldes se vuelvan parásitos de estos recursos; se roben el dinero y favorezcan a sus amigos con la inflación de proyectos de construcción, que es lo que generalmente hacen. Hablo con propiedad, porque en la gestión de 2012-2015 denuncié la corrupción que el prófugo Edwin Parada, exalcalde de El Congo, estaba haciendo. El «modus operandis» (modo de obrar) era crear empresas fantasmas a nombre de sus amigos, quienes le ayudaban a fingir que eran empresarios; y a estos les daban los proyectos y esos dineros iban a parar a los bolsillos del exalcalde.
La misma forma trabajó el arenero exalcalde de Coatepeque. En otros casos debido a los estudios bien mínimos de las personas que son elegidas para ser alcaldes y concejales estos llegan sin la más mínima idea de un plan municipal, que genere los recursos para ser autosuficientes, llevando a la dependencia total de papá Gobierno por medio del Fodes. Algunos alcaldes ni siquiera sirven para gestionar, dinamizar las economías locales, proteger el medio ambiente y trabajar proyectos educativos que contribuyan al desarrollo sostenible de la población, lo cual se vuelve prácticamente imposible, y en la mayoría de los casos, el Fodes termina en los bolsillos de alcaldes que hacen proyectos de maquillaje en carpetas que inflan para robarse los dineros de nuestros impuestos.
Trabajar un plan municipal que genere la autosostenibilidad no es fácil, pero requiere del compromiso de los funcionarios elegidos para administrar una comuna. A la fecha, a la población la convencen con campañas basadas en láminas, con el delantal y la camisa del partido y con víveres, pero en estas campañas electorales se carece de una propuesta real, que a veces hacen pensando en el dinero que recibirán del Fodes y desviarlo a sus bolsillos.
Mi propuesta es que debemos reinventarnos y hacer que los nuevos alcaldes tenga un espíritu de gestión propia, que generen condiciones, que permitan obtener recursos para financiar los gastos operativos de la administración municipal, y con ello financiar proyectos que busquen el desarrollo sostenible de sus competencias materiales y territoriales. Las municipalidades tienen terrenos baldíos muchas veces, esos de pronto podrían convertirse en huertos y vender ese producto entre la misma gente. La recaudación de impuestos debe ser más controlada y evitar que los habitantes entren en moras. También, mejorar los servicios que ofrecen los registros del estado familiar, promover la inversión local y gestionar recursos con la cooperación nacional y extranjera para financiar proyectos educativos.
Soy de la idea de que cuando se quiere hacer bien las cosas, grandes cambios positivos se pueden lograr. El problema es que muchos funcionarios carecen de voluntad y de la inteligencia para servir con eficiencia a nuestro pueblo.