Nuevos proyectos para lograr la autosuficiencia alimentaria se divisan en el horizonte salvadoreño. La granja camaronera y su laboratorio Las Ánimas, ubicados en Zacatecoluca, La Paz, desarrollan una línea genética de camarón blanco de origen nacional para acelerar el crecimiento del sector.
La empresa productora, que posee alrededor de 135 manzanas, de las cuales 45 hectáreas son de área efectiva para el cultivo del camarón de agua salada, ha comenzado a ejecutar esta apuesta con el apoyo de la banca estatal por $1.5 millones.
Miguel Delgado, agrónomo de profesión y propietario de dicha camaronera, una de las mayores generadoras privadas de crustáceo en el país, comentó que desde hace 20 años se especializan en estos procesos, pero ahora con el crédito recibido podrán mejorar el sistema eléctrico e iniciar la nueva línea genética.
«El camarón blanco es el que cultivamos, es camarón de mar, de agua salada. Nosotros en El Salvador no tenemos una línea genética nacional. Ahora hemos comenzado nosotros a trabajar con unos biólogos: uno es guatemalteco y otro cubano; ellos nos están ayudando a la selección para una línea nacional. En dos años tendríamos una línea nacional», explicó Delgado.
De acuerdo al dueño de Las Ánimas, El Salvador necesita mejorar su productividad por área para lograr exportar más producto, por lo que es necesario tener un sistema local. Actualmente, el rendimiento llega hasta 1.5 millones de camarón por año, lo que suple las necesidades del mercado nacional.
«Ahora somos autosuficientes como para decirle a El Salvador que nosotros producimos lo que el país necesita. Incluso en la pandemia no dejamos de producir», agregó.
La granja camaronera cuenta con 25 estanques, entre maternidad, pre cría, engorde y los padrotes seleccionados. Asimismo, el laboratorio cuenta con maduración y sus áreas son: cuarentena, reproducción, desove y eclosión, y un área de larvicultura.
Con esto último, el agrónomo destacó que con su compañía se abastece el 90 % de larvas que consume El Salvador. «El año pasado sacamos cerca de 300 millones de larvas», declaró.
Según el propietario, el camarón que sale es casi orgánico, pues se utilizan bacterias probióticas, una dieta rica en proteínas y minerales para alimentarlos; además, cuidan la cadena de frío para llevar un crustáceo fresco y sano. Todo ello es verificado para la Unidad Acuícola del Ministerio de Agricultura, la Dirección de Ganadería y Dirección General de Sanidad Vegetal, quienes apoyan con los análisis de muestras para determinar la calidad y prevenir enfermedades.