La decidida apuesta del Gobierno del presidente Nayib Bukele por la seguridad demuestra que el centro de sus políticas es el pueblo salvadoreño, en tanto que la prioridad del Estado es la preservación de la vida de sus ciudadanos, garantizar su desarrollo y promover mejoras sustanciales en sus condiciones y calidad de vida.
Por décadas, los gobiernos de ARENA y del FMLN despreciaron la vida de los ciudadanos y prefirieron negociar y pactar con las pandillas, el principal promotor de muerte y crimen del país, a cambio de votos.
La inseguridad en el país durante esos años dolorosos impidió que los salvadoreños pudieran llevar una vida plena, pues no solo padecieron millares de asesinatos que llevaron luto a sus familias, sino que sufrieron el terrorismo de las bandas delincuenciales, a través de extorsiones, robos, violaciones, amenazas y humillaciones.
Todas las actividades de la vida estuvieron reprimidas y limitadas por la violencia homicida.
Sin embargo, con la implementación del Plan Control Territorial inició la transformación. Con el régimen de excepción se completó el esquema para comenzar la eliminación total de las pandillas, lo que ha permitido la captura de más de 60,500 integrantes y colaboradores de esas estructuras criminales y, con ello, reducir drásticamente los homicidios y otros delitos.
La economía respondió y las principales gremiales de la empresa privada han reconocido el impulso que trajo la llegada de la verdadera paz y la seguridad. Pero el Gobierno del presidente Bukele no se limitó exclusivamente a promover la seguridad, sino que, de manera paralela, ha invertido como nunca en salud, educación, infraestructura vial y generado las condiciones para atraer inversiones.
Además, 2023 inicia con una reforma de pensiones vigente que corrige las aberrantes desigualdades que crearon y promovieron ARENA y el FMLN, como las faraónicas pensiones vip de más de $6,000 que han quedado eliminadas, o las altas comisiones que cobraron por décadas las administradoras de fondos de pensiones (AFP), lo que permitió que esas empresas ganaran en esos años el 20 % de lo cotizado por todos los trabajadores, un verdadero escándalo y una bofetada para el pueblo.
Muchos de los proyectos del Gobierno del presidente Bukele se han financiado con el aumento de las recaudaciones, gracias al combate de la evasión fiscal, otro de los lastres de la vieja clase política que generó beneficios ilegales para sus financistas.
Y aunque el contexto internacional no fue favorable, el país logró una de las menores inflaciones de Latinoamérica gracias a las medidas anticrisis adoptadas oportunamente