Con un escenario con los demócratas liderando el Ejecutivo y las dos cámaras del Congreso, el director del Centro de Recursos para Centroamericanos (CARECEN), Abel Núñez, señaló que una reforma migratoria o permanencia del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) siguen siendo «cuesta arriba».
La comunidad inmigrante de Estados Unidos mantiene la expectativa de una reforma migratoria con cada nuevo presidente o, en esta ocasión, con el Senado que pasó a los demócratas, con un liderazgo que había estado en manos de los republicanos desde mediados de 2014.
Ayer se conoció la victoria de Raphael Warnock, un demócrata y pastor de una iglesia de Atlanta, en Georgia, un estado que tradicionalmente ha sido republicano y mostró un resultado distinto, dando un gran paso para el Partido Demócrata que también ganó el pasado 3 de noviembre las elecciones presidenciales. Horas más tarde fue confirmado el gane del también demócrata Jon Ossoff, de 33 años, considerado unos de los líderes más jóvenes dentro del partido.
Que los demócratas logren el Senado no significa que tendrán el control absoluto para ejecutar la reforma migratoria, sino que siempre deberán llegar a consensos con los republicanos para que la iniciativa logre concretarse, opinó el director de CARECEN.
«En términos de política es más complicado, aunque tengan el control de las dos cámaras, el hecho de poder pasar leyes es completamente diferente. Eso se ha visto en el pasado, cuando un partido ha tenido el control de las dos cámaras y todavía así es difícil»,
Director de Carecen, Abel Núñez.
La posibilidad de una reforma integral también tiene sus pros y contras. Para Núñez, el «problema con las legislaciones es que no solo aplican el cambio de estado migratorio a la población indocumentada, sino que conlleva un conjunto de medidas muy restrictivas en la frontera. Creo que hay que tener cuidado con eso», insistió.
El camino para los salvadoreños amparados en el TPS y DACA es más esperanzador, pues el presidente Joe Biden tiene la potestad de extender los programas de manera temporal para al menos más de 200,000 salvadoreños y revertir las políticas ejecutivas de Donald Trump que «causaron tanto daño a la población», aseveró Núñez.
Pero si se analiza un estatus permanente, la intervención del Congreso será necesaria.
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El próximo paso para la comunidad de inmigrantes es abogar por un nuevo TPS, especialmente luego de que los huracanes Iota y Eta dejaron a su paso a decenas de familias damnificadas en los países centroamericanos a finales del último trimestre de 2020.
Núñez considera que no hay suficientes demócratas para garantizar el cambio de los programas temporales a permanentes, además, «hay algunos demócratas que están en desacuerdo de que les den una permanencia a los DACA y el TPS porque tenemos muchos conservadores en las dos cámaras», dijo.
Que Biden llegue a la Casa Blanca con un Senado de su partido significa que el nuevo mandatario podrá escoger con total libertad a sus miembros de gabinete y con liderazgos latinoamericanos que muestran un Gobierno más abierto para los centroamericanos, según el director de CARECEN.
Núñez, junto con otras organizaciones que protegen los derechos de los inmigrantes, espera trabajar con los nuevos legisladores, congresistas y líderes del Ejecutivo para abrir camino a la población con oportunidades laborales que impulsen la economía. También está en discusión mejorar sectores como salud y educación.