En San Salvador se encuentra el primer e histórico cementerio general del país, donde descansan restos de personajes que han marcado la historia a través del tiempo. Esta necrópolis es conocida como Cementerio de los Ilustres, en clara alusión a los aportes de sus moradores.
Hay mausoleos ostentosos y caros. Algunos fueron tallados completamente en mármol importado de Italia y conservan las firmas de sus autores: Durini o Ferracuti. También hay tumbas modestas, comunes, con epitafios y restos de grandes e inolvidables personajes nacionales.
Según Mario Torres, guía turístico de la alcaldía de San Salvador, la historia de Los Ilustres comienza con una persona que no es salvadoreña de nacimiento: «Lego mis restos al pueblo salvadoreño en prueba de mi predilección y reconocimiento por su valor y sacrificio en defensa de la libertad y de la unión nacional», se lee en una de las placas colocadas en la tumba de Francisco Morazán, hondureño y paladín de la unión centroamericana.
«Antes de 1849, en el país no había cementerios, sino que se enterraban dentro de la iglesia, pero cuando Morazán ejerce el cargo de presidente de la República Federal de Centroamérica tiene conflicto con los conventos y genera cierto rechazo de la iglesia católica hacia él. Dado este roce no podía ser enterrado dentro de una iglesia», explica.
Es así como surge el primer cementerio de El Salvador, seis años después del fusilamiento de Morazán, cuando sus restos son enviados al país (1848) y son sepultados en este espacio. Sin embargo, la bendición de la Iglesia Católica para ocupar el terreno como camposanto ocurre hasta 1849. «Esto nos da respuesta de cómo se fundó el cementerio de los Ilustres», añade el guía.
Durante años, Los Ilustres era el único cementerio de San Salvador. Su construcción y distribución fue aumentando conforme al crecimiento de la ciudad. Actualmente, se encuentran diversas formas de distribución ya sea de manera alfabética, por áreas o cuadros, que están dedicados a un personaje histórico, por ejemplo, el cuadro Morazán, Araujo, Masferrer, entre otros.
En cuanto a los estilos arquitectónicos de los mausoleos, los dominantes son neoclásico francés, el neorrenacentista italiano y el neogótico del siglo XIX y la primera mitad del XX. También hay manifestaciones art déco o art Nouveau. Y todos estos estilos se mezclan con construcciones de diferentes épocas, sencillas y sin pretensiones.
Te presentamos algunos espacios o mausoleos que destacan por su construcción o por quienes moran en ellos.
1. Mausoleo de Francisco Morazán
Es imponente y de grandes dimensiones, considerando el cargo de presidente de la república federal de Centroamérica que ejerció. Es la primera tumba fuera de las iglesias y permitió crear un sistema de cementerios en todo el país. Este mausoleo tiene diversos detalles labrados en la estructura principal (hojas, cruces, columnas, entre otros), además de una escultura del llamado unionista centroamericano.
2. Mausoleo de Adrián Alfaro Toledo
La cúpula está adornada con un sombrero de charro, ya que Toledo fue cantante, compositor y reconocido empresario dedicado a la venta de botas. En la tumba se observa parte de su discografía, así como el documento que lo acredita como integrante de la Sociedad de Autores y Compositores de Música en México.
3. Mausoleo sociedad de Asistencia Italiana
Es una tumba colectiva donde descansan los restos de varios italianos que vivieron en el país, pero que al fallecer no hubo quien se hiciera cargo de sus restos por eso interviene la representación diplomática de Italia. La Luperca, más conocida como La Loba, corona el mausoleo. Esta hace referencia a la mitología romana que señala que ella amamantó a los hermanos Rómulo y Remo cuando fueron mandados a matar por el rey Amulio.
4. Mausoleo de Alberto Masferrer
Tiene el busto del notable maestro, filósofo, periodista, ensayista, poeta y político salvadoreño. Masferrer fue crítico del gobierno del presidente Maximiliano Hernández Martínez, sobre todo por masacrar el levantamiento campesino de 1932. Por otro lado, apoyó la candidatura de Prudencia Ayala como la primera mujer candidata a la presidencia del país.
5. Mausoleo de Salvador Salazar Arrué (Salarrué)
Pequeña, sencilla, con un enrejado pintado de azul, celeste y amarillo, la escultura de una niña que más bien parece ángel y una cruz de metal, así es la cripta del escultor, escritor, pintor, poeta y músico salvadoreño, Salarrué, la cual comparte con su hija María Teresa. Salvador Salazar Arrué nació el 22 de octubre de 1899 y falleció el 27 de noviembre de 1975. Es conocido como el máximo exponente de la narrativa cuzcatleca por los diversos cuentos y novelas publicadas, además de sus diversas pinturas llenas de color e imaginación.
6. Cuadro de los judíos
Es un espacio privado para la comunidad judía en el país. Antes de este cuadro se encuentra otro aún más grande, que comparten el cementerio Los Ilustres y las parcelas. Todo en esos lugares tiene carácter minimalista. Una de las particularidades de esta comunidad es que solo se entierra a una persona por espacio. Las tumbas carecen de cruces u otras esculturas. Solo se colocan placa con breves datos del fallecido.
7. Mausoleo familia Tula
Las familias extranjeras que decidieron hacer de El Salvador su nueva y permanente residencia también han dejado huella en Los Ilustres. En el cementerio capitalino es común ver diferentes mausoleos que aluden al origen que tuvieron esos grupos familiares, como es el caso de los Tula de ascendencia egipcia. Ellos mandaron a construir una pirámide y la famosa esfinge como distintivos. La tumba destaca, aún más, por el amarillo intenso con que la han pintado.
8. Mausoleo de la novia
Pertenece a Lidia Cristales de López, quien falleció poco tiempo después de su boda. La familia pidió a un escultor tallar un ángel que portara la fotografía de la joven. Sin embargo, el escultor decidió esculpir a la novia, resaltando elementos orgánicos, según la corriente escultórica de los años veinte.
9. Cenotafio de Alfredo Espino
Cenotafio es el lugar donde en algún momento estuvieron los restos de una persona, pero ya no están. Es justamente el caso del poeta Alfredo Espino, ya que sus restos fueron trasladados hacia el cementerio Jardines del Recuerdo (siempre en San Salvador), a la Cripta de Los Poetas. Alfredo Espino nació el 8 de enero de 1900 y murió en agosto de 1928. Es considerado como uno de los autores clásicos de la literatura centroamericana.
10. Mausoleo familia Canessa
Otro de los puntos llamativos para los visitantes son las criptas imponentes y de grandes dimensiones, que hacen cuestionarse quién descansa en esa tumba, dada la cantidad de personajes históricos que se encuentran enterrados en Los Ilustres.
Sin embargo, las criptas de esta índole pertenecen a familias que en tiempos pasados fueron pudientes por estar en el negocio cafetalero, ejemplo es el mausoleo de la familia Canessa que está recubierto en su mayor parte de mármol con rasgos neogóticos y una estructura muy alta y llamativa.
11. Mausoleo Morena Celarié
Es una de las tumbas poco frecuentadas por el tema de acceso, ya que se encuentra retirada de la entrada principal, sin embargo, en ella descansa los restos de una persona importante en el tema cultural: Morena Celarié.
Celarié destacó en la danza tradicional del país y en las investigaciones del folclor salvadoreño. Su fallecimiento sigue siendo una incógnita hasta el momento ya que se desconoce si su muerte fue a causa de un suicidio o homicidio.