Uno de los más activos miembros de ARENA en redes sociales —el candidato fracasado a diputado y supuesto experto en encuestas Carlos Araujo— aseguró que tanto su partido como el FMLN se han vuelto «irrelevantes», por lo que llamó a no votar en las elecciones presidenciales, sino a apostarle todo a la Asamblea Legislativa y a las alcaldías. Más allá del toque de desesperación que denota la calificación a los socios políticos ARENA-FMLN, se revela la falta de arraigo entre los ciudadanos para ofrecer una opción frente a la postulación para un segundo período del presidente Nayib Bukele.
Además, ya la vieja clase política sabe que desde la Asamblea Legislativa es viable bloquear al Gobierno. Lo hizo al inicio de la gestión del presidente Bukele, cuando boicoteó el financiamiento al Plan Control Territorial, al negar sus votos para los préstamos que eran necesarios para dar herramientas tecnológicas y equipos a las fuerzas de seguridad pública (Policía Nacional Civil y Ejército), incluso se opuso a que el país se preparara para enfrentar la pandemia por la COVID-19.
Gracias a movimientos internos dentro de los ministerios, el Gobierno del presidente Bukele pudo hacerles frente a ambos bloqueos: tanto al de seguridad para implementar la primera fase de despliegue del Plan Control Territorial como a los preparativos por la llegada del coronavirus. Una vez que el pueblo salvadoreño —ejerciendo su voto de manera libre, directa y democrática— desplazó a ARENA-FMLN de la Asamblea Legislativa, le dio al Gobierno del presidente Bukele los diputados suficientes no solo para tener mayoría simple, sino mayoría absoluta y acelerar las fases de implementación de los planes de seguridad.
Relegados a la irrelevancia, los partidos de oposición sueñan con volver a tener al menos los votos suficientes para bloquear la mayoría calificada. Es decir, entre todos quieren sumar al menos 29 diputados para impedir que los grandes planes del Ejecutivo se cumplan. Saben que no tienen a nadie que pueda enfrentar con alguna posibilidad de éxito al presidente Bukele en 2024, por lo que enviarán toda su apuesta a tratar de cambiar la correlación de fuerzas en el Órgano Legislativo.
Es ahí donde los ciudadanos que le dieron su voto de confianza al presidente y han sabido reconocer que cumple las promesas de campaña deben mantener el respaldo suficiente para que los planes de Gobierno tengan los votos suficientes en la Asamblea Legislativa. Esto es parte esencial para asegurar la continuidad del Plan Control Territorial y mantener los altos niveles de seguridad.