Si hay algo que se puede decir con certeza es que cada mujer vive la maternidad de manera diferente, y que cada hijo representa una nueva experiencia y vivencia. Para Rocío Cáceres, una joven cantante y madre de tres pequeños, la maternidad ha sido algo maravilloso e inesperado.
«Uno, al ser mamá le cambia el suiche inmediatamente. Yo puedo decir que el momento en el que supe que estaba embarazada me cambió. Me empecé a preparar, a leer y a cuidar».
Señala que aunque cuando tenía 25 años había pensado viajar por el mundo, expandir su faceta de cantante y convertirse en «la tía favorita de todos sus sobrinos», la vida la premió y la cambió drásticamente; primero, con el nacimiento de Paula, luego con Diego Francisco y de último con Luis Mario, por lo que puso un alto a su ocupación como solista y dio prioridad a sus embarazos, ya que la condición lo ameritaba.
«Los tres gordos han sido prematuros, y de ese lado, lo hace vivir a uno la maternidad que no espera. Aunque siempre estuvo a mi lado el papá y mi familia, me tocó poner mi carrera en pausa y cuesta, porque aunque amo ser mamá, cuando uno trae la espinita del arte, uno quiere estar allí», indica.

Agrega que el hecho de ser mamá y cantante es algo complicado por los horarios que debe dedicar a cada etapa, sobre todo porque el papel de madre nunca acaba, ya que conforme los niños van creciendo la responsabilidad y el cuido también.
«Cada etapa de los niños trae dificultad, sus peligros y las mil cosas que a uno le dan miedo: lo que ven en televisión, las redes, la influencia y todo lo que uno tiene que hacer como padre; porque son tres y si yo la riego, friego a tres. Es allí la presión de que tengo que hacer las cosas bien».
Afirma, no obstante, que los miedos, las inseguridades y las dudas van siendo superadas con el apoyo del papá de los niños y de los abuelos, quienes se han convertido en el ejemplo a seguir.
«Como madre soy el reflejo de mis papás, trato de mantenerme en la crianza que ellos me han dado. Soy lo más lejano a lo perfecto, pero soy alguien que se está evaluando a cada rato. No soy la mejor mamá del mundo, pero cada semana me pongo nuevas metas. Se empodera uno, sin sonar arrogante, ya que uno no dice “no sabía que era capaz, pero aquí voy”», dice la cantante.