Los diputados de las bancadas parlamentarias de ARENA y el FMLN, más sus socios, aprobaron de madrugada una versión distorsionada del presupuesto general de la nación para 2021, acompañada de 11 decretos, lo que dimensiona la envergadura del reparto que hicieron de fondos públicos.
La sesión plenaria programada para el 23 de diciembre fue postergada con diversos argumentos para encaminarla a que se desarrollara entre las sombras, para que llegara a la medianoche y se alargara hasta la madrugada, lejos de los ojos vigilantes de los ciudadanos. Fue, en toda regla, un madrugón legislativo, al mejor estilo de las Asambleas de los noventa, dominadas por ARENA, o las de principios de la década pasada, controladas por el FMLN.
No solo no incluyeron en las negociaciones al ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, sino que el binomio partidista, junto con el 66 % de la fracción pedecista, dejó por fuera a la bancada de GANA y a la mayoría de los diputados del PCN.
El reparto de los despojos implicaba la asignación de millones de dólares, de fondos que serían destinados a la inversión pública, a las cuentas de las alcaldías gobernadas mayoritariamente por ARENA y el FMLN, en un afán por autorizarles obras con las que catapultarían sus candidaturas.
En la historia de la Asamblea Legislativa nunca ha habido un madrugón bueno. Todos se hacen bajo el amparo de la oscuridad, precisamente para ocultar la naturaleza negativa de los acuerdos, de los repartos y los negocios; de hecho, el diputado Francisco Merino, del PCN, reveló en una entrevista televisiva que el secretario general del partido, Manuel Rodríguez, le sugirió a Mario Ponce, el pecenista que preside la Asamblea Legislativa, que no hiciera la plenaria en la madrugada.
No obstante, Ponce procedió a ungir con legalidad el acuerdo entre farabundistas, areneros y socios para proceder con el reparto del presupuesto.
Algunos de los decretos no serán ley, pero otros sí, para tener vigente el presupuesto de este año con las asignaciones para el aumento salarial de maestros, médicos y policías, además del alza de la pensión mínima. El ministro de Hacienda confirmó que la parte positiva de los decretos se mantiene, en tanto que el reparto de los créditos del BCIE sí fue sometido al veto presidencial.
Será la nueva Asamblea Legislativa la que termine de construir el presupuesto de 2021. De momento, está vigente y listo para financiar el desarrollo nacional.