Justo ahora, a pocos días del traspaso de mando en los 262 concejos municipales, hay una larga lista de alcaldías que se declararon en quiebra y que dejaron de pagar los servicios básicos. Ni siquiera brindan los servicios por los que cobran a los ciudadanos, como la recolección y disposición final de los desechos sólidos.
Esto es parte de lo que en varias ocasiones se ha señalado como el mal manejo del dinero público a cargo de las alcaldías. El Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios de El Salvador (Fodes) fue utilizado únicamente como una estrategia para generar clientelismo político; es decir, solo se usó para hacer obras cosméticas meses antes de las elecciones. Estos alcaldes se activaban cada tres años para ejecutar las obras que debían hacer constantemente año con año, como parte de las obligaciones de la municipalidad.
Otro mal uso del Fodes fue la excesiva contratación de personal como cuotas partidarias, que derivó en alcaldías con aparatos administrativos tan grandes que son incapaces de mantenerlos con el cobro de tasas e impuestos, y que solo sobrevivían gracias a la transferencia de ese fondo. Sin embargo, la idea de tener empleados municipales es para que den servicio a los ciudadanos. No tiene sentido crear plazas para un allegado político o un familiar. Esto es parte del manual de malas prácticas que ha estado vigente por décadas en el país y que está en camino a desaparecer con la llegada de las nuevas autoridades.
El colmo de la dependencia de las alcaldías con el Fodes es que no generó ningún desarrollo. Propagandistas contra el Gobierno ponen como una afrenta a los ciudadanos que ni los baños públicos en los parques están funcionando. Pero no dicen que esto es parte de la ineficiencia administrativa o del mal uso de los fondos municipales. De esta forma solo exhiben la ausencia de planes de trabajo administrativo y la incapacidad en la ejecución financiera. No se le puede achacar al Gobierno que una alcaldía no les dé mantenimiento a unos baños públicos. Es absurdo.
Cuando, además, existen servicios municipales no prestados, a pesar de hacer el cobro directo para recoger la basura o para mantener el alumbrado público, por ejemplo, los ciudadanos incluso pueden presentar demandas ante los tribunales.