Don Mario Augusto Tenorio dejó físicamente las filas del Platense hace más de medio siglo cuando sintió que el vigor comenzaba a abandonar su cuerpo y ya no despejaba el balón con la misma potencia, pero presenció desde las gradas la hazaña de los Gallos de conquistar el título de Segunda en 1973 y de Primera en 1974; y hoy a sus 93 años está a las puertas de vivir la misma historia.
Don Mario recuerda con lucidez ese glorioso episodio conquistado por el Platense en la década del 70 y aunque ya no rebosa de la salud y juventud de aquellos tiempos [camina con bordón y le llevan en silla de ruedas] sigue manteniendo la pasión por los colores amarillo y negro de los viroleños; y se enfunda cada domingo la elástica para acompañar a los gallos en el Antonio Toledo Valle e incluso cuando juega en el Cuscatlán como en la final de este domingo.
El domingo pasado estuvo en los graderíos del Toledo Valle y fue testigo del triunfo de su equipo anta Chalatenango, y para la histórica final ante el Alianza mañana ya tiene listas las entradas y asegura con total autoridad que la fiebre que se vive hoy en su pueblo es superior a la de 1974.
«Le estoy diciendo a Toñito [reconocido caricaturista] que hoy veo más entusiasmo, más furor quizás porque la fanaticada ha aumentado. El domingo pasado hubo una entrada que yo nunca lo había visto», recordó y trajo a cuenta que Platense le ha hecho reír como llorar a lo largo de la historia.
Por ejemplo, no oculta que lloró cuando Platense bajó de categoría, pero que, aunque hubo menos ruido que hoy, también disfrutó cuando los gallos se coronaron campeones en 1974.
«Yo me puso bien alegre cuando se peleo esa final, pero hoy Dios guarde, hoy es una epidemia de aficionados», expresó don Mario a quien se le considera como uno de los personajes que abonaron la tierra para que naciera Platense.
Don Mario jugó de portero en el Platense en los primeros años, un equipo de barrio que tuvo como «embrión» a un puñado de muchachos que se dedicaban a tallar plata y jóvenes reservistas del 11 Viroleño. En este equipo jugaba un hermano suyo, además acudía a la cancha a invitación Antonio Toledo Valle quien era su primo.