Más de 500 mareros han sido capturados en campamentos pandilleriles que la Policía Nacional Civil (PNC), en conjunto con la Fuerza Armada de El Salvador (FAES), ha desarmado a las estructuras terroristas, en el marco del combate frontal contra los grupos criminales que el Gabinete de Seguridad ejecuta desde finales de marzo en el país.
Entre el 27 de marzo y el 11 de junio, las autoridades informaron la localización y el desmantelamiento de más de 100 guaridas que los mareros utilizaban para almacenar armamento y municiones, además de resguardarse del sol y la lluvia en las zonas rurales y montañosas en diferentes zonas del territorio nacional.
El presidente de la república, Nayib Bukele, dijo que la forma de esconderse de los terroristas da cuenta de que los criminales tratan de evolucionar hacia una guerrilla, como en la década de los ochenta y principios de los noventa en el contexto de la guerra civil.
«Las capturas de pandilleros se están dando cada vez más en campamentos clandestinos en zonas rurales. Está claro que las pandillas están tratando de evolucionar hacia una guerrilla, ya que les es imposible enfrentarse a nuestros agentes y a nuestras tropas en las zonas urbanas», afirmó el jefe de Estado en Twitter.
Por su parte, el director de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas, explicó que la ubicación y posterior captura de los pandilleros ocurrió gracias al uso de tecnología y técnicas de vigilancia especiales de la corporación contra los grupos terroristas.
«Se ha desarmado prácticamente un aproximado de 100 champas. No son campamentos formales, pero sí son albergues temporales que la estructura criminal ocupa, ya sea para protegerse del agua, del sol, o alejarse de las urbes, de la ciudadanía, para no ser detectada», indicó Arriaza Chicas.
El dato también fue confirmado por el ministro de la Defensa, Francis Merino Monroy, durante una comparecencia en la Asamblea Legislativa, en la que manifestó que las guaridas representan una nueva manera de esconderse de los mareros ante el éxito del Plan Control Territorial y del combate frontal que desde el Gobierno se lleva a cabo contra los terroristas.
«Hemos llegado hasta esos rincones rurales donde los pandilleros han intentado esconderse, y desarticulado más de 100 campamentos de pandillas instalados en zonas remotas, donde se han encontrado armas de fuego, droga y dinero ilícito», indicó el jefe de la institución castrense.
La localización de uno de los más grandes campamentos ocurrió el pasado 11 de junio en el caserío Izcacal, del municipio de San Isidro, en el departamento de Cabañas, donde los cuerpos de seguridad detuvieron al pandillero Elfidio de Jesús Portillo Corvera, perfilado como integrante de la Mara Salvatrucha.
En el lugar se decomisó un arsenal de armas de fuego.
En otro caso, el pasado 19 de mayo las autoridades ubicaron otra guarida de pandilleros, en el cantón El Jícaro, del municipio de Ciudad Dolores, en el departamento de Cabañas, en la que encontraron municiones, chalecos antibalas y hasta un botiquín.
Municiones, ropa y dinero son parte de lo incautado
El director Arriaza Chicas indicó que en los diferentes campamentos la Policía y el Ejército han decomisado armas de guerra de uso exclusivo de la Fuerza Armada de diferentes calibres, como fusiles M-16 y G-3, que eran subproductos de la guerra, cargadores, municiones, uniformes policiales y militares viejos, ropa y zapatos.
«En algunos casos [se encontraron] escopetas, pistolas y diferentes accesorios que son utilizados por ellos [pandilleros] para intimidar o generar algún nivel de terror en la población que vive en esos lugares rurales, pero cada vez que nosotros se los vamos quitando, todos sabemos que vamos debilitando a esas estructuras», afirmó el director policial.
En Cabañas, las autoridades encontraron un arsenal.
Entre lo decomisado están dos carabinas M-16A2, un fusil M-16A1, un fusil G-3, un fusil AK-47, una escopeta 12, cuatro carabinas calibre 22, tres pistolas, un cargador para pistola, cuatro cargadores para AK-47, 38 cargadores para fusil M-16 y 18 cargadores para carabina calibre 22.
Además, abundante munición para fusil AK-4 y M-16, escopeta 12 y varias porciones de marihuana. Arriaza Chicas agregó que en el marco del régimen de excepción se han incautado de más de 1,000 vehículos automotores, entre estos, buses, camiones, taxis, mototaxis, pick-ups y camionetas de lujo, que eran utilizados por los mareros que tenían algún nivel de jerarquía dentro de la organización criminal.
«Hemos impactado los bienes del transporte que ellos utilizan, y hoy los estamos utilizando contra ellos, porque los estamos utilizando en las instituciones, tanto en la Fuerza Armada como en la Policía», dijo el director de la corporación policial.