Diez son los medicamentos falsificados más comunes que inspectores de la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM) han decomisado durante las verificaciones en diferentes en fronteras, establecimientos como mercados o en ventas de medicina popular, entre otros negocios.
Si bien y por el momento la DNM no han detectado laboratorios clandestinos que se dediquen a fabricar copias de medicinas, cuyas originales se comercializan en el mercado local, si tienen registros de que los cargamentos con fármacos falsificados que se han decomisado, en su mayoría provienen de Honduras y Nicaragua, aunque también se han incautado lotes con viñetas de Argentina y hasta de China.
El director de la institución, Noé García, brindó detalles respecto a las características de los fármacos y sobre los riesgos para la salud de las personas que consumen esos productos.
«Tratamos de extraer del mercado estos productos porque son dañinos para la salud de la población; si es un producto falsificado la DNM no puede garantizar la seguridad, calidad y eficacia. Significa que no es apto para el consumo humano», advirtió García.
El funcionario explicó que al listado de medicamentos catalogados como falsificados, de contrabando o fraudulentos, decomisados en diferentes operativos que efectúan en conjunto con la Policía Nacional Civil (PNC) incorporan los productos que la industria nacional o extranjera les reporta que están siendo falsificados, uno de estos es la presentación de «Neurobión 50,000», del cual no hay registro.
«No existe en el mercado, es totalmente evidente su falsificación porque no existe ni siquiera inyectable», aseguró García.
García dice que además de tener reuniones con representantes de la industria farmacéutica cruzan información con los inspectores de la institución para establecer las características de los fármacos originales respecto a los estándares de fabricación, presentación y almacenamiento. Esto permite diferenciar un medicamento original del que no lo es; esa información es trasladada a la población para promover el no consumo de medicinas de dudosa procedencia y los establecimientos que las distribuyen sin autorización de la DNM.
«De esa manera cuando se realiza una verificación en mercados o establecimientos es más fácil poder detectar los productos como el Neurobión, el original no hace ruido [agita un sobre]. Con ese movimiento se puede detectar si el producto es original o falsificado», ejemplificó.
A este falso medicamento se suman otros como el ipatol, en su presentación de jarabe, el suckrol, el vaporub y la ranitidina que también son una falsificación de los originales que, comúnmente, se venden en establecimientos autorizados para su venta como supermercados,ventas de medicina popular y farmacias.
AFECTACIONES A LA SALUD
En el caso del Artribión, por ejemplo, el director de medicamentos hizo algunas consideraciones. «Al no poseer las condiciones de temperatura indicadas se desintegra y al final no va a ser ninguna vitamina para el cuerpo. Si es falsificado ¿cuál es la composición? No la sabemos, pueda ser que la quieran tomar porque hay personas que dicen que con eso se les va a quitar el dolor de cabeza, pero el detalle es ¿cuál es su composición?», expuso en entrevista con este medio.
Respecto a su consumo advirtió a la población que «al momento de estar consumiendo Artribión no sabemos si está consumiendo cierta impureza que le puede afectar la salud».
La falsificación del vaporub, ofrecido para «contrarrestar» la congestión nasal y la tos, puede generar afectaciones en la piel, sobre todo si se tiene en cuenta que los análisis realizados por la DMN detectaron que este producto es elaborado con una mezcla de alcanfor y manteca de cocina para freír alimentos.
Los resultados de los análisis microbiológicos realizados por la institución sanitaria a productos naturales, como la linaza molida, encontrados en mercados revelaron que estaban contaminados con heces fecales, dijo García, respecto a otros hallazgos.
Los frascos donde estaba este producto no tenían registro sanitario ni información del fabricante. De ahí su recomendación para que la población adquiera medicinas que contengan información detallada del fabricante, fecha de vencimiento y registro sanitario.
Recomendó a los ciudadanos comprar medicinas en establecimientos que están autorizados por la DNM, los cuales tienen a la vista los permisos para vender fármacos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en su informe sobre el «Sistema mundial de vigilancia y monitoreo de productos médicos de calidad subestándar y falsificados» que los fármacos falsificados «pueden prolongar las enfermedades y las molestias, las bajas laborales y, con frecuencia, el sufrimiento que ello conlleva (…) En los peores casos las personas mueren, ya sea porque la enfermedad queda sin tratar o porque el producto las mata».