El Gobierno del presidente Nayib Bukele ha lanzado 11 medidas para frenar el impacto de la inflación mundial. Sin estos mecanismos de contención, la crisis que golpea a muchas otras naciones tendría un mayor impacto. Por ejemplo, gracias al subsidio aplicado a los combustibles, el galón de gasolina regular cuesta $4.15 en El Salvador, mientras que nuestros vecinos en Honduras pagan más de $5. En Estados Unidos, en cambio, el galón puede llegar a costar $6.25, como de hecho sucede en California.
Al sur, en Ecuador, indígenas y otros colectivos han declarado un paro nacional, bloqueando calles y protestando de manera enérgica contra la inacción del Gobierno. Exigen bajar el precio de los combustibles y regular el precio de los alimentos.
En El Salvador, aparte del subsidio de los combustibles, hay también una reducción de los precios de los granos básicos y de otros alimentos, además de un despliegue de brigadas de la Defensoría del Consumidor, Fiscalía General de la República, Policía Nacional Civil y Dirección General de Impuestos Internos, para verificar que no exista un aumento ilegal de precios. De esta forma se combate la especulación y se evita que comerciantes sin escrúpulos acaparen alimentos para aumentar de forma artificial el precio.
Las revisiones están presentes desde que se anunciaron las medidas, pero se han redoblado desde el fin de semana con operativos en las tres zonas del país. Este lunes continuaron y se enfocaron en las bodegas de comerciantes mayoristas de granos básicos en la calle Gerardo Barrios, de San Salvador, donde se constató que hay suficiente maíz y frijol para surtir los mercados y tiendas y así alimentar a la población.
Gracias a la efectividad del Plan Control Territorial y a las medidas especiales del régimen de excepción, más de 40,000 pandilleros y colaboradores han sido detenidos, y las redes de distribución de alimentos y otras mercaderías entran sin problemas en barrios y colonias, libres de las amenazas a muerte y de las extorsiones de los criminales.
Lo que hay que tener presente es que hay un fenómeno de alza de precios en todo el planeta, impulsado principalmente por los daños que ha sufrido la cadena de suministros global desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y que se ha agravado con la crisis geopolítica en Europa. El Salvador, en estos momentos, enfrenta de mejor manera los impactos de la crisis mundial, pero no hay que bajar la guardia.