A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología que ayudan a lanzar advertencias, los fenómenos meteorológicos son impredecibles, como muestra la reciente transformación de una tormenta tropical en un poderoso huracán categoría 5 que arrasó con muchos edificios en Acapulco, México. No obstante, no son pocos en ese país que reclaman la indiferencia del Gobierno para tomar mayor protagonismo ante las señales de que Otis era un evento climático extraordinario.
En el caso de El Salvador, el Gobierno del presidente Nayib Bukele abordó de manera ágil y contundente la amenaza de la depresión tropical 19-E, que se convirtió luego en tormenta tropical. La activación de toda la institucionalidad del país para enfrentar la amenaza ayudó a salvar muchísimas vidas porque canalizó recursos y esfuerzos para evitar desgracias.
La alerta temprana en la zona del Bajo Lempa, por ejemplo, fue fundamental para salvaguardar la vida de muchísimas personas. La divulgación de los avances de la tormenta tropical ha sido realizada de manera prudente y transparente para que todos puedan tomar las medidas preventivas.
El peligro sigue latente, ya que las prolongadas lluvias generan inestabilidad en los suelos, que quedan saturados de humedad, lo que los hace susceptibles a los deslizamientos. Además, los niveles de los ríos han subido de forma considerable, lo que ha elevado el nivel de los embalses de las cinco centrales hidroeléctricas del país, lo que revela que la cantidad de agua que se ha precipitado ha sido considerable, dándonos una idea de la magnitud del evento.
Ante la posibilidad de una tormenta tropical con potentes vientos, las medidas preventivas y el despliegue de trabajadores públicos para enfrentar la emergencia han sido muy bien recibidos por la población, que también consideró atinada la suspensión de clases como una medida para evitar poner en riesgo a la población estudiantil.
Las autoridades del Gobierno del presidente Bukele se mantienen atentas y vigilantes ante el desarrollo del fenómeno de Pilar, pero también de otros eventos climáticos que podrían impactar el territorio nacional.
Tomar medidas preventivas de manera rápida y eficaz ha sido una estrategia que describe a un equipo de Gobierno al servicio de los ciudadanos para evitar mayores incidentes. Cualquier medida que ayude a salvar vidas nunca se quedará corta, sino que, por el contrario, demuestra un profundo compromiso por la vida de todos los ciudadanos.