Actualmente vivimos en un mundo virtual y, en la mayoría de las ocasiones, de fantasías muy irrealistas, pero ¿qué tanto es el impacto que este genera en nuestro comportamiento? y, peor aún, ¿cómo este impacta mis decisiones y mi economía?
Walt Disney dijo: «Si lo puedes soñar, puedes hacerlo». De hecho, nosotros somos seres fantásticos, pues tenemos muchos sueños, fantasías y deseos; sin embargo, a lo largo de mi experiencia a través de mis formaciones, capacitaciones y certificaciones he conocido personas muy interesantes, pero algunas marcadas más por el deseo que por la acción, y podríamos traducir que las metas son acciones.
Actualmente, contamos con tantas herramientas virtuales como las famosas aplicaciones (app), pero debemos preguntarnos y reconocer algo, ¿las aplicaciones están para servirnos a nosotros o nosotros estamos sirviendo a las aplicaciones?
No hay duda de que muchas personas le sacan un gran provecho a las aplicaciones, principalmente en el área laboral y en relación con el emprendimiento; pero una gran mayoría de personas son instrumentos de las aplicaciones, donde se lucran más las grandes empresas y compañías explotando nuestros deseos más profundos.
Pero debemos analizar algo, primero ¿cómo estas aplicaciones que despiertan nuestros deseos pueden afectar mis metas y mi economía?
Ciertamente, hay un dicho el tiempo es dinero, la pregunta es ¿cuánto tiempo estoy yo invirtiendo en estas aplicaciones que explotan mis deseos y mis emociones? Estas aplicaciones nos hacen vivir fantasías como una estrella de telenovela, de película, caricaturas o cantantes; la diversión no es mala, pero lo que es perjudicial es el tiempo que se invierte en ella; y como se ha comprobado que cuando realizamos una actividad que va relacionada con algo que nos gusta el tiempo pasa volando y cuando nos damos cuenta se nos fue. Eso pasa porque nuestro cerebro libera dopamina donde se estimula el placer como recompensa.
Entonces las metas son acciones, pero debemos comprender mejor que debemos estimularlas así como nuestros deseos, pero como hemos aprendido podemos hacer la simple ecuación que metas es igual a acción. Las acciones nos ayudan a ver cómo grandes emprendedores y personas enfocadas utilizan el tiempo de forma consciente, tomando el control de sus emociones. Así se regula la producción de dopamina, y de forma consciente podemos estar seguros en poner acción para invertir lo que sí podemos controlar por completo: nuestro tiempo.
El tiempo es vital, es un recurso intangible pero medible, y nosotros podemos controlarlo por completo. Ahora que estamos en pandemia y que nuestras actividades evolucionaron a la era virtual, podemos aprovechar mejor el tiempo y así trabajar mejor nuestro cerebro, orientándolo a metas y evitar que los deseos se apoderen de nuestro diario vivir.
Puedes permitirte desear, pero recuerda hazlo conscientemente, diviértete sanamente, colabora con la sociedad y transformemos nuestro país, porque juntos creceremos mejor.