En 2019 comenzó un proceso histórico de transformación en nuestro querido país. Con la entrada del presidente Nayib Bukele, El Salvador ha demostrado que el cambio es posible cuando existe voluntad para trabajar en beneficio del pueblo, tanto a escala nacional como internacional.
Este progreso ha sido el resultado del esfuerzo gubernamental por mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños, especialmente a través de avances en seguridad pública. Este clima de seguridad ha generado un entorno favorable para los negocios, incentivando la inversión y dinamizando la economía local.
Un ejemplo claro es el notable aumento en las remesas productivas o de inversión. Comparando los períodos de enero a septiembre de 2019 y 2024 se observa un incremento del 411 %, lo que refleja la confianza en el mejoramiento del clima de negocios.
Además, la Encuesta de Población Salvadoreña en Estados Unidos, realizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Banco Central de Reserva (BCR), estima que cerca de 800,000 salvadoreños residentes en Estados Unidos tienen la intención de regresar al país en algún momento. Para 2022 al menos 250,000 salvadoreños ya contaban con planes concretos de retorno.
Desde la cancillería, a través del Viceministerio de Diáspora y Movilidad Humana, se promueve una migración segura, ordenada y regular, al tiempo que se salvaguardan los derechos económicos de la diáspora. Esto incluye programas y servicios diseñados para apoyar el desarrollo de negocios y proyectos de inversión en el país.
Aunque el concepto de migración inversa todavía puede parecer inusual en la región, El Salvador se ha convertido en un referente al liderar este modelo, que se basa en la transformación integral del país. En los últimos años el viceministerio ha facilitado inversiones de la diáspora que alcanzan un total de $66 millones, distribuidos en diversas localidades del país.
Al analizar los datos del Observatorio Digital de Movilidad Humana tenemos que los primeros cinco departamentos destino de inversión son Morazán con un 15 %, seguido de San Salvador con el 12.5 %; Cabañas con el 10 %; Chalatenango, Santa Ana y Usulután comparten el cuarto lugar con un 9.17 % y, finalmente, San Miguel con 8.33 %.
Estas inversiones se concentran en sectores clave como bienes raíces, turismo, agronegocios, comercio, finanzas e industria, generando empleos y fortaleciendo el desarrollo económico y social.
A esto se suma la entrada en vigor de la Ley Especial Transitoria de Incentivos y Tratos Preferenciales Destinados al Favorecimiento de la Repatriación de Salvadoreños, que ha beneficiado a más de 670 connacionales mediante asesorías para la importación exenta de impuestos de bienes domésticos de uso personal.
El 78 % de los beneficiarios proviene de Estados Unidos y Canadá, seguido por América Latina y el Caribe (18 %), Europa (5 %) y Asia-Australia (4 %). Este programa fomenta un retorno voluntario y facilita la reintegración económica, social y política de los retornados.
Hoy este mensaje se da en el marco del Día del Salvadoreño en el Exterior, que se conmemora cada 26 de noviembre como un reconocimiento al invaluable aporte de nuestra diáspora. Esta fecha simboliza la conexión inquebrantable entre los salvadoreños que residen fuera de nuestras fronteras y su país de origen, y resalta su contribución no solo al desarrollo económico, sino también a la promoción de nuestra cultura y valores.
El Salvador se enorgullece de su diáspora, que no solo envía recursos a sus familias, sino que también impulsa el desarrollo del país, fortalece los lazos culturales y actúa como motor de transformación.
Desde el Viceministerio de Diáspora y Movilidad Humana reafirmamos nuestro compromiso de trabajar juntos para facilitar oportunidades y generar condiciones que permitan a los salvadoreños en el exterior seguir siendo protagonistas del progreso nacional.
Este esfuerzo, reflejado en el fenómeno de la migración inversa, muestra a un El Salvador más seguro y próspero, fruto del compromiso gubernamental por mejorar las condiciones de vida y renovar la confianza de nuestra diáspora en su tierra natal.