En el Museo Regional de Occidente, en Santa Ana, se encuentra en exposición permanente la «Historia de la moneda de El Salvador», que fue inaugurada el 2 de febrero de 1999. Anteriormente, en el edificio operaba una sede del Banco Central de Reserva y para darle un significado y toque diferentes, esta exposición numismática se encuentra en el área que funcionaba como bóveda.
La antigua bóveda es subterránea, se bajan alrededor de 20 gradas para llegar a ella.
Una puerta de acero de unas 500 toneladas de peso (de 2.16 metros de alto por 31 centímetros de grosor), y con una cerradura de combinación con forma timón de barco, protegía -y aún protege- todos los valores que se encuentran ahí.
Dentro, están las primeras piezas que se utilizaron como moneda en El Salvador, las semillas de cacao; así como los macacos, que no tiene una forma definida y eran cortados con tenaza. También, hay reales y pesos que estaban hechos de oro y plata.
En cuanto a billetes, el museo cuenta con 36 ejemplares, desde los primeros que fueron emitidos por los bancos particulares como el Banco Occidental, Banco Industrial, Banco Salvadoreño, Banco Nacional del Salvador y Banco Agrícola Comercial, hasta los que emitió el Banco Central de Reserva cuando fue la institución encargada de poner en circulación las primeras dos familias de billetes oficiales. Además, hay diversas monedas conmemorativas que fueron emitidas por el Estado para resaltar eventos trascendentales.
MONEDA
El cacao
En tiempos precolombinos las semillas de cacao fueron utilizadas como medio de intercambio. Los nativos del territorio salvadoreño, antes de la llegada de los españoles, usaban el cacao como «moneda», puesto que el chocolate era considerado la «bebida de los dioses». El uso del cacao como valor de cambio se remonta al auge de la civilización Maya, cuando la unidad monetaria era el Xontle, compuesta por cuatrocientas almendras de cacao. La llegada de los conquistadores supuso la introducción de la moneda española, el Real. Pese al cambio, el cacao se siguió utilizando a razón de 160 almendras por un Real.
Los macacos
Las monedas más usadas durante a colonia fueron los macacos, que consistían en pizas de plata de forma no definida y que fueron acuñadas en Perú y México. En su mayoría eran cortadas con tenazas y figuraban un grabado de las columnas de Hércules con la inscripción Plus Ultra. Su valor nominal era menos importante que su peso en metal, es decir, no tenía un valor absolutamente definido. Aún después de la independencia de los países centroamericanos, el macaco siguió en circulación, siendo oficializado el 9 de julio de 1856.
Los reales
Después de la independencia, las monedas españolas siguieron circulando en el país; al igual que las monedas de México, Perú y Bolivia. El gobierno de la Federación Centroamericana emitió algunas monedas. Las monedas de pequeñas denominaciones o fraccionarias fueron la más comunes, pero también circuló una moneda de ocho reales. Todas las monedas federales eran de plata y se identificaban con los mismos nombres empleados durante la época colonial. Una vez disuelta la Federación, el gobierno salvadoreño decretó la emisión de la primera moneda nacional: los Reales, monedas de oro con una «R» grabada y los Escudos, monedas de plata con una «E» grabada.
Colón
Los colones y sus valores fraccionarios circularon en El Salvador por varias décadas. Las monedas de este grupo son representativas del período 1909-1953. Bajo la presidencia de Carlos Ezeta, se inauguró la Casa de la Moneda el 28 de agosto de 1892, y el 1 de octubre del mismo año, como homenaje a Cristóbal Colón por el IV Centenario del descubrimiento de América, la Asamblea Legislativa reformó la ley monetaria y cambió el nombre a Colón.
Fichas de fincas
Fueron contemporáneas a los macacos y en su mayoría se fabricaban en latón y tenían grabada por lo general el nombre de la finca y propietarios. Estás era utilizadas para pagar a los colonos por su trabaja y ellos con las mismas podían adquirir bienes que necesitaban en la tienda que era propiedad de los dueños de las fincas.
Pesos
En 1883, bajo la presidencia del doctor Rafael Zaldívar, se decretó la Primera Ley Monetaria, adoptándose el «Peso» como unidad monetaria, descartándose el sistema español de división en 8 reales. La nueva ley ocupó como base el sistema métrico decimal, donde el peso equivalía a 10 reales. Las primeras monedas de oro y plata de la república fueron acuñadas en 1892, en San Salvador, por la empresa «The Central American Mint Limited». El gobierno también decretó un nuevo nombre para la moneda «Colón», por el 400 aniversario del descubrimiento de América. Estás monedas son las primeras emisiones formales.
Monedas Conmemorativas
Otro tipo de monedas son las conmemorativas, dedicadas a fechas especiales. Por ejemplo: IV Centenario de la Fundación de San Salvador (1925), la Lucha de la Dignidad del Hombre (1971), XVIII Reunión Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (1977) y el 150 Aniversario de la Independencia de Centro América. Además, la del V Centenario del Encuentro de Dos Culturas y los Logros de Paz (1992).
BILLETES
Los primeros billetes surgen de 1880 a 1934
Los primeros no fueron emitidos por el Estado, sino que por bancos particulares. Lo que hacía el Estado era limitar la cantidad de metal precioso que los bancos de emisión debían conservar en sus arcas para respaldar los billetes que emitían, es decir, utilizaban el patrón oro (o equivalente en plata) como medida del valor de la moneda. Los diseños de estos reflejaban la importancia que tuvo la agricultura en aquellos tiempos y también se destacaban los elementos más significativos del progreso material como los puertos y ferrocarriles. La moneda que empezó a emitir el BCR, a partir de 1934, ya no se respaldaba con oro y plata sino con dólares de los Estados Unidos de América. Los primeros billetes continuaban destacando la importancia de la agricultura. Posteriormente el diseño era de las figuras de los próceres y a la creciente importancia que estaba adquiriendo la industria y la vida urbana.
Familia de Billetes
La última emisión de billetes del BCR se llamó «Familia de Billetes», los cuales eran muy distintos a todos los anteriores, ya que las imágenes eran de lugares y vistas que caracterizaba al país, mientras que la variedad de personajes que aparecían en los billetes anteriores había sido sustituida por una imagen de Cristóbal Colón. Además, se simplificó y amplió los números que distinguía a cada denominación para facilitar su identificación. Fueron emitidos de uno, cinco, diez, veinticinco y cien colones; añadiéndose en 1955 la denominación de dos colones y el de cincuenta colores, en 1979.
Las monedas emitidas en la primera familia fueron de uno, dos, tres, cinco, diez, veinticinco (conocida popularmente como «peseta») y cincuenta centavos («tostón»); agregándose luego la moneda de un colón («suegra»). Al igual que con los billetes, algunas denominaciones fueron desapareciendo con el tiempo y las que quedaron fueron modificadas en su diseño y en su tamaño. El diseño del papel moneda fue cambiando paulatinamente y de manera individual, también se dejaron de emitir algunas denominaciones con el paso del tiempo.
En noviembre de 1997, el BCR emitió la segunda familia de billetes en la historia de El Salvador. Esta respondía a la modernización del Estado y las necesidades de todos los sectores del país, introduciendo la nueva denominación de doscientos colones y otras denominaciones como la moneda de 5 colones y el billete de 500 colones, que nunca salieron a circulación ya que para el año 2001 se aprueba una Ley de Integración Monetaria que permite la dolarización de la economía salvadoreña.