Quince ancianos murieron tras un brote de la COVID-19 en una casa de cuidados geriátricos en la ciudad de Fray Bentos, en el litoral oeste de Uruguay, confirmaron este lunes las autoridades.
«Es una tragedia», lamentó en declaraciones a la televisión Omar Lafluf, intendente del departamento de Río Negro, donde se ubica Fray Bentos.
El jerarca dijo que el hogar tenía 65 residentes y más de 40 funcionarios, de los cuales varios han comunicado ser positivos de COVID, por lo cual «la infección puede haber entrado» a través de alguno de ellos.
El intendente informó que el brote de 25 casos se reportó el 21 de marzo, un día antes de que comenzara la vacunación con dosis de Pfizer, que debió suspenderse a raíz de los contagios.
De las 15 muertes ocurridas desde entonces, 13 están confirmadas como casos COVID y otras dos están a la espera de los resultados de análisis clínicos.
Los ancianos, que no fueron trasladados a centros de terapia intensiva, contaron con toda la asistencia necesaria, aseguró la directora del hogar, Daura Garaza.
«No les ha faltado nada, ni el oxígeno, ni la medicación, ni la dedicación, ni el aseo, ni la alimentación», afirmó en declaraciones radiales Garaza, quien también se contagió de covid y decidió pasar la cuarentena trabajando en la residencia, lo que va contra los protocolos sanitarios.
«Me parece perfecto que me investiguen, que venga la Interpol igual (…) ¿Le parece que una persona merece morirse sola, intubada?», alegó.
El ministro de Salud, Daniel Salinas, respaldó este lunes el accionar del residencial al aseverar que los ancianos recibieron «atención oportuna y continua».
Garaza «es una paciente más y ha tenido esa cosa que a veces tienen los médicos de inmolarse y quedarse en el barco hasta el final», dijo Salinas en conferencia de prensa en Fray Bentos, a donde llegó esta tarde para informarse de primera mano sobre la situación.
No obstante, la Fiscalía departamental intervendrá de oficio para investigar el caso, informaron medios locales.
Río Negro es uno de los departamentos con mayor número de contagios por habitante en Uruguay, que vive ahora el peor momento de la pandemia.
Considerado durante meses como un ejemplo de buen manejo de la emergencia sanitaria en la región, el pequeño país sudamericano suma 117.757 casos y 1.101 muertes por coronavirus.
Aunque la vacunación avanza a buen ritmo y ya alcanza a un 20% de la población inoculada con la primera o segunda dosis de los inmunizantes de CoronaVac o Pfizer, la escalada de contagios amenaza con colapsar el sistema de salud.
El 45% de las camas de terapia intensiva están ocupadas por pacientes con COVID-19, por encima del 35% considerado el límite para entrar en una «zona roja» de saturación del sistema de salud.