Casi se termina el mes de septiembre en la República de El Salvador, en la América Central, y no me refiero al cese de la promoción 2×1 de las donas, sino al mes cívico, patria e independencia que todos los salvadoreños celebramos el 15 de septiembre. Libertad, seguridad, consecución de la justicia son derechos —entre otros— de la cual todos los ciudadanos gozamos y debemos cuidar. De igual forma, recordar ciertos deberes que como ciudadanos debemos cumplir; cumplir y velar por que se cumpla la Constitución de la República (art. 73, numeral 2 Cn.)
Nuestra historia, nuestro legado, nuestra libertad, nuestro orgullo, nuestro futuro, nuestro país, recordémoslo y celebrémoslo absolutamente todos los días, aclaro, no solamente un mes del año o en una fecha específica o cuando juega la selección nacional de fútbol o en unas elecciones políticas, sino cada día con un espíritu de entusiasmo, de alegría y carisma del cual se caracteriza el salvadoreño. Si hablamos de banderas, que sea el azul y blanco de Dios, Unión y Libertad. «Patria sagrada, en tu seno hemos nacido y amado, eres el aire que respiramos, la tierra que nos sustenta, la familia que amamos, la libertad que nos defiende, la religión que nos consuela. Tú tienes nuestros hogares queridos, fértiles campiñas, ríos majestuosos, soberbios volcanes, apacibles lagos, cielos de púrpura y oro…».
Nuestro país, con un poco más de 21,000 kilómetros cuadrados, siendo los límites del territorio nacional al poniente con la República de Guatemala, de conformidad a lo establecido en el Tratado de Límites Territoriales celebrado en Guatemala el 9 de abril de 1938; al norte y al oriente en parte con la República de Honduras en las secciones delimitadas por el Tratado General de la Paz, suscrito en Lima, Perú, el 30 de octubre de 1980; al oriente en el resto, con las repúblicas de Honduras y Nicaragua en las aguas del Golfo de Fonseca; y al sur con el océano Pacífico; contiene playas, islas, cayos, lagos, ríos, cascadas, volcanes, ruinas y montañas a nuestra disposición, los cuales por factor distancia se pudieran visitar en un solo día (personalmente ya lo he hecho), y estoy seguro de que cualquier otro ciudadano de cualquier nación lejana-hermana definitivamente envidiará.
Conozcamos nuestra tierra, aprovechémosla, gocemos y sintámonos orgullosos de nuestro Estado soberano. Seamos parte de construir y seguir construyendo país; algo que como hermanos y hermanas salvadoreños puedo decir, y pudiésemos estar de acuerdo, es en el gran amor que le tenemos a El Salvador.
«Toma esta canción, patria querida, escrita con nostalgia y con melancolía, es mi corazón el que se inspira, pues en la distancia te añoro cada día…».
Hermanos lejanos, diáspora salvadoreña en cualquier parte del mundo en que se encuentren, pongan en alto el nombre de El Salvador, nuestra cultura, nuestra comida, nuestras costumbres, nuestro idioma; ya llegamos al cine, al espacio, a Silicon Valley y al Major League Baseball (MLB) de Estados Unidos el pasado 30 de agosto en Los Ángeles, California, en Salvadoran Heritage Night, con los Dodgers. Sigamos.
«Bandera de la patria, símbolo sagrado de El Salvador, te saludan reverentes las nuevas generaciones».
¡Que viva El Salvador!