Sin probar ni una solo gota de alcohol en los últimos tres años, Óscar Antonio de León afirma que ha logrado sobreponerse al alcoholismo, una adicción que lo mantuvo atado durante años a mucho sufrimiento y desesperación. Este hombre, ahora de 46 años, asegura que desde que tenía 15 empezó con este vicio, y lo hizo principalmente por curiosidad y la influencia de sus amigos.
«Yo traía la enfermedad desde hace varios años atrás, desde que era joven. Tuve muchos problemas a raíz del alcoholismo cuando era motorista de los autobuses urbanos y cuando era proveedor de los supermercados. Vine a tocar fondo cuando yo ya trabajaba en el mercado», relató Óscar, quien es comerciante de verduras en el mercado de mayoreo La Tiendona, en San Salvador.
Debido a su adicción, fue infraccionado en cuatro ocasiones por la Policía Nacional Civil (PNC), que lo remitió a diferentes juzgados para cumplir el proceso sancionatorio debido a conducción peligrosa. La última vez fue intervenido por ese delito en San Vicente.
«Entonces, fui remitido del juzgado de Apastepeque en San Vicente para el Centro de Prevención y Tratamiento de Adiciones (CPTA), del hospital Santa Gertrudis, y así fue como llegué también a Alcohólicos Anónimos», aseveró De León.
Sin embargo, por su domicilio, fue reasignado al CPTA del hospital Rosales, en San Salvador, donde desde hace tres años ha recibido el acompañamiento profesional necesario para superar su enfermedad.
«Lo que me gustó fue la atención tan profesional que me dieron. Me recibieron con amor y me hicieron sentir importante. Siento que las terapias colectivas, individuales y psicológicas me han ayudado a salir de mi problema. Por ello, he tratado la manera de estar pendiente de cuando me toquen mis consultas y nunca faltar a ellas, porque sé que son importantes para mi rehabilitación completa», detalló.
A la vez, resaltó que con el proceso de rehabilitación pudo demostrar a su madre (ya fallecida) y a su familia que estaba dispuesto a cambiar y enmendar, de alguna manera, las situaciones que les hizo pasar debido a sus adicciones.
«Para mi madre fue sensacional. Ella sabía que yo estaba en el CPTA del Rosales y en Alcohólicos Anónimos. Ella estaba feliz por mi cambio, ya que le había ocasionado mucho daño no solo con el vicio del alcohol, sino también con las drogas, porque ella tenía que andar en las bartolinas buscándome», expresó Óscar.
Asimismo, dijo que la familia es un factor primordial para prevenir este tipo de circunstancias, por lo que aconseja a los padres de familia que no descuiden a sus hijos, de modo que eviten que caigan en este o en cualquier otro vicio. Al mismo tiempo, hizo un llamado para las personas que padecen esta enfermedad: «Al alcohólico que aún anda sufriendo le digo que se acerque a este programa del CPTA del hospital Rosales, que allí es donde está la ayuda para salir de ese infierno en el que se encuentra».