La teoría del color, sin dejar de lado el buen gusto y la elegancia, se pusieron de manifiesto para la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como de la primera vicepresidenta de la nación del norte de América, Kamala Harris.
Los tonos púrpuras y violáceos han sido la recurrente, tanto ayer, como ahora en algunos atuendos de la primera dama, Jill Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris. Pero, ¿por qué? Esta gama cromática está relacionada a la realeza y al poder, sin duda un significado muy apropiado para indicar que una mujer de origen biracial y de color, asumió este día un cargo que nunca antes estuvo ocupado por alguien de su perfil.
El atuendo en violeta estaba compuesto por un vestido a la rodilla, de escote barco, con abrigo a juego. Ante las bajas temperaturas en el Capitolio, Harris utilizó medias y guantes oscuros. Calzó unos zapatos estilo salón en negro. Su joyería era recatada, pero destacaba por las perlas en su collar estilo princesa.
En tanto, la Dra. Jill Biden se decantó por un conjunto en azul y celeste, el cual es asociado a la calma, lo que muy probablemente sea un llamado a tiempos mejores tras días tumultuosos, luego de la toma del Capitolio por seguidores de Donald Trump el pasado 6 de enero.
El conjunto está compuesto por un vestido con escote ilusión y gargantilla de pedrería incluida. Tanto los puños y solapas del abrigo son de terciopelo en un tono más oscuro y a juego con los zapatos estilo salón. Sus guantes y mascarilla también seguían la misma línea cromática.
Los atuendos, tanto de Jill como de Kamala, hacen un llamado a tiempos renovados y esperanzadores para el pueblo estadounidense.