La Policía Militar del Orden Público (PMOP) de Honduras puso ayer en marcha la operación Fe y Esperanza, con la que el Gobierno de Xiomara Castro pretende recuperar el dominio de las 21 cárceles a escala nacional. Esto ocurre a una semana del tiroteo en la Penitenciaría Nacional de Adaptación Social (PNFAS), donde fallecieron 46 reclusas.
«Hemos iniciado el proceso de transición de los centros penales de la Policía Nacional de Honduras hacia la Policía Militar. Impulsamos las requisas para tomar el control de las prisiones. En un módulo de máxima seguridad del penal de Támara, donde está instalada la pandilla 18, no esperábamos encontrar todo esto [armas]», compartió ante los medios de comunicación el comandante de la PMOP Fernando Muñoz.
Revólveres con municiones, granadas, fusiles y aparatos móviles fueron decomisados en este centro, en el departamento de Francisco Morazán.
A criterio de Muñoz, el hallazgo solo representa el 5 % de las incautaciones que se realizarán en los próximos días.
«Si esto lo encontramos en el área de máxima seguridad, ustedes podrán deducir qué es lo que habrá en el resto de los lugares», explicó ante los medios en una conferencia de prensa.
«Las cárceles del país no deben de seguir como escuelas del crimen», compartió el secretario de Defensa, José Manuel Zelaya, en Twitter.
El funcionario detalló que municiones, armas de grueso calibre, cargadores, teléfonos celulares y satelitales, explosivos de fabricación caseras, radios y sierras eléctricas fueron encontrados en un módulo de la cárcel de máxima seguridad La Tolva.