Durante la inauguración de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, el presidente Nayib Bukele les dijo a los más de 300 periodistas internacionales que llegaron a cubrir las competencias que podían aprovechar el viaje al país para constatar que El Salvador es ahora una nación en paz y en completa seguridad. «Dejen de creer en una gente que está en una oficina lejos de este país, que ni siquiera lo conocen y hablan de lo que no saben. Vengan acá y pregúntenles a los salvadoreños», manifestó el mandatario, entre los gritos de aprobación de una multitud que acompañaba con entusiasmo sus palabras.
Como dijo el presidente, no se trata de creerlo porque él lo diga, sino porque es un hecho irrefutable. La invitación quedó ahí para que cualquier extranjero que haya venido a participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe pregunte a cualquier salvadoreño en cualquier parte del territorio nacional cómo es ahora la situación de seguridad. Es algo que apenas hace cuatro años era impensable, porque ARENA y el FMLN habían entregado a las pandillas el control de los barrios y las colonias. Hoy, sin embargo, ir a cualquier lugar del país, a cualquier hora, es una realidad.
Incluso las organizaciones que están en contra del Gobierno del presidente Bukele —alineadas con ARENA- FMLN y sus asociados en ONG, fundaciones y sus instrumentos de propaganda— tienen que ceder ante la realidad y reconocer la importancia de la mejora en seguridad. La última encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), de la UCA, revela que el 97.7 % de la población considera que la delincuencia en el país ha disminuido durante el Gobierno del presidente Bukele.
Al respecto, el 81.8 % consultado por la misma encuestadora considera que el régimen de excepción ha ayudado a controlar la delincuencia del país, dándole una calificación de 9.1 (de 10 máximo) sobre la efectividad del Gobierno y el régimen de excepción.
Solo queda en las mentes fantasiosas de la oposición el rechazo a medidas que han logrado pacificar realmente al país, como no lo hicieron los acuerdos de 1992, en los que únicamente se pactaron beneficios para ARENA y el FMLN, dejando olvidado al pueblo, que sufrió la violencia política y continuó soportando el terrorismo de las maras.
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe se están desarrollando en un ambiente de seguridad como nunca hubo en la historia del país. Y los millares de asistentes son testigos de ello.