El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció el viernes que declaró el estado de excepción en tres provincias, incluyendo donde está Quito, ante la violencia registrada tras cinco días de protesta de indígenas que reclaman una rebaja de precios de combustibles.
«Me comprometo a defender nuestra capital y a defender el país. Esto me obliga a declarar el estado de excepción en Pichincha (cuya capital es Quito), Imbabura y Cotopaxi a partir de la medianoche de hoy (05H00 GMT del sábado)», dijo el mandatario en una alocución transmitida por televisión.
El estado de excepción faculta al presidente a movilizar a las Fuerzas Armadas para mantener el orden interno, suspender derechos ciudadanos y declarar toques de queda.
Lasso además resolvió elevar de 50 a 55 dólares un bono económico para «aliviar la difícil situación» de las familias más pobres.
Para desactivar las protestas, el Ejecutivo también subsidiará hasta 50% el precio de la urea para pequeños y medianos productores y ordenó condonar los créditos vencidos por hasta 3.000 dólares otorgados por el banco estatal para el fomento productivo.
La poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) bloquea carreteras y los accesos a Quito desde el lunes, en una protesta por tiempo indefinido que deja al menos 43 heridos -entre uniformados y manifestantes- y 37 detenidos.
Las manifestaciones se han concentrado en las andinas provincias de Pichincha y sus vecinas Cotopaxi (sur) e Imbabura (norte), con alta presencia de indígenas, que representan un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos.