Desde primera hora del viernes, los manifestantes se concentraron frente a diferentes prisiones catalanas, llegando a quemar neumáticos y levantar barricadas en algunos casos, según mostraron imágenes de televisión.
Pese a las «alteraciones» de funcionamiento originadas por los bloqueos, los servicios de alimentación y atención médica están garantizados en las prisiones afectadas, indicaron fuentes del Departamento regional de Justicia.
Una de las concentraciones se produjo a las puertas del centro Mas d’Enric, en la provincia de Tarragona (noreste de España), donde el miércoles un recluso atacó «por causas que se desconocen» a una trabajadora de la cocina antes de suicidarse, según informó entonces la policía catalana.
El preso había sido condenado «por asesinato con arma blanca cometido en 2016» y cumplía una condena a 11 años de cárcel, indicó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Los sindicatos del sector, que reclaman la dimisión de la responsable regional de Justicia y del encargado de medidas penales, denuncian padecer una creciente inseguridad y piden más medios.
«El motivo de la protesta viene condicionado por la muerte de Nuria, pero esto es una situación que venimos arrastrando desde hace muchos años (…) de inseguridad, de violencia y de hostilidad», señaló a la AFP Alberto Gómez, coordinador de prisiones del sindicato CSIF en Cataluña, lamentando que «las agresiones van en aumento».
El Departamento de Justicia catalán, que el miércoles expresó su «consternación» por lo ocurrido, convocó los representantes sindicales para una reunión el viernes, a la que por el momento decidieron no acudir.