El gobernador del estado de California se opuso a la liberación condicional de Patricia Krenwinkel, exdiscípula del gurú criminal Charles Manson, del que fue cómplice en varios asesinatos, incluido el de la actriz Sharon Tate.
Es la décimoquinta vez que a Patricia Krenwinkel se le ha negado la libertad anticipada.
«La señora Krenwinkel se ha adherido plenamente a las ideologías racistas y apocalípticas del señor Manson», explicó el viernes el gobernador Gavin Newsom.
La junta de libertad condicional de California había dictaminado en mayo de 2022 que Krenwinkel podía ser liberada, siempre que el estado no lo vetara.
«Krenwinkel no solo fue víctima del abuso de Manson. También contribuyó significativamente a la violencia y a la tragedia, que se han convertido en un sello distintivo de la familia Manson», comentó Newsom.
Fallecido en la cárcel en 2017, Charles Manson es uno de los criminales estadounidenses más famosos.
En 1971 fue condenado a la pena de muerte, una sentencia luego conmutada por cadena perpetua, junto a cuatro de sus seguidores por la sangrienta masacre de agosto de 1969 en la que murieron siete personas.
Entre las víctimas de esa matanza figuró Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski, entonces embarazada de ocho meses y medio.
El «gurú» psicópata que en la década de 1960 había formado en el desierto de California una comunidad, la Familia Manson, se consideraba a sí mismo por la reencarnación de Cristo.
Presentado durante su juicio como un loco solitario con una impresionante capacidad de persuasión, Manson ordenó a sus seguidores que mataran aleatoriamente a habitantes de barrios elegantes y blancos de Los Ángeles, con la esperanza de iniciar una guerra racial de la que pensaba que saldrían victoriosos los blancos.
Cincuenta años después, los asesinatos perpetrados por la «familia» Manson continúan acechando a Estados Unidos y provocando una fascinación morbosa, alimentada por libros, canciones, recorridos turísticos, sitios web y películas.