La Cumbre de las Américas que ha organizado Estados Unidos en Los Ángeles es la primera que se desarrolla en su territorio en 28 años de existencia del mecanismo, y no ha estado exenta de críticas, sobre todo por la decisión unilateral de excluir de la reunión de mandatarios a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Cuba fue, de hecho, expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA), a instancias de Estados Unidos, cuando Fidel Castro instauró un gobierno comunista en la isla.
Estados Unidos impuso un bloqueo económico a Cuba con la esperanza de derrumbar el régimen castrista, pero tal cosa no ha sucedido, a pesar de que han pasado décadas; al contrario, Cuba armó un impresionante tejido diplomático para enfrentar los embates, a lo que dio más prioridad que incluso resolver las necesidades inmediatas de su población.
Ahora, nuevamente Washington excluye a Cuba y suma a Nicaragua y Venezuela. A los tres señala de falta de democracia y de respeto de las libertades. El secretario de Estado, Anthony Blinken, se refirió también al compromiso con la libertad de prensa en Estados Unidos el mismo día en que policías y miembros del Servicio Secreto lanzaban contra el asfalto a una mujer que criticó a Biden armada únicamente con un megáfono.
Han sido otros presidentes los que han reclamado a Estados Unidos por su decisión. El primero fue el de México, Andrés Manuel López Obrador, quien anunció que no asistiría en protesta por la exclusión unilateral impuesta, pero mandó a una delegación encabezada por su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien no se guardó nada cuando dio su discurso, en el que urgió una refundación de los organismos regionales y la salida inmediata de la OEA de Luis Almagro, el actual secretario general. Dijo, además, que la OEA «facilitó un golpe de Estado en Bolivia» que terminó con la salida de Evo Morales.
Alberto Fernández, el presidente de Argentina, también usó su podio en la asamblea general de la OEA para decir, frente al mismísimo Joe Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, que Estados Unidos «no tenía la capacidad de imponer el derecho de admisión» solo por ser el organizador del evento.
En Twitter, el presidente Nayib Bukele se sumó a la ola de cambios urgidos por toda Latinoamérica al criticar las imposiciones que vienen desde Estados Unidos a través de la OEA: «Queda claro que el ministerio de colonias de Washington, también conocido como la OEA, ya no tiene ninguna razón de ser».
No se trata de una animosidad antiestadounidense en la región, sino de los reclamos legítimos de un continente que demanda un trato digno y respetuoso.