Un estimado de 900 reos en fase de confianza que forman parte el Plan Cero Ocio que implementa la Dirección General de Centros Penales (DGCP) producen a diario 500 pupitres, los cuales son distribuidos en los 5,150 centros educativos del país que forman parte del sistema público.
«Diario El Salvador» efectuó un recorrido por los talleres del Complejo Industrial Penitenciario de Santa Ana, donde los privados de libertad, no pandilleros, trabajan en la producción masiva de pupitres.
El director de este reclusorio, Samuel Díaz, explicó que han organizado tres áreas conformadas por 300 reos cada una, en la cual trabajan en horarios escalonados para cubrir las 24 horas del día. Agregó que la capacidad máxima de producción es de hasta 1,000 muebles escolares por día.
«Dentro de estos pupitres tenemos del segmento de parvularia, tercer ciclo y bachillerato que son los que se van a incorporar a cada uno de los centros escolares a nivel nacional», aseguró.
En estos talleres impera el orden, la disciplina, el esfuerzo y la actitud con la que cada privado de libertad pone durante las jornadas de trabajo diarias, las cuales van en sintonía con la transformación del sistema penitenciario logrado bajo el gobierno del presidente Nayib Bukele.
Samuel Díaz se refirió al trabajo coordinado entre las instituciones estatales para obtener estos logros que están beneficiando a la comunidad estudiantil.
«Este trabajo se lleva a cabo y coordinado a partir de la orden del presidente Nayib Bukele, en el marco de apoyar a cada una de las escuelas del país con todos los pupitres», afirmó. En este esfuerzo también se ha incluido la construcción y remodelación de centros educativos con mano de obra de los reos.
La forma en cómo se produce estos muebles fueron detalladas por el director Díaz: «Manejamos líneas de trabajo que van desde el corte del tubo, doblado del mismo, posteriormente se hace la soldadura de cada uno y se pasa al área donde se coloca la madera hasta que se tiene el producto terminado».
Todo el trabajo que se desarrolla en estas instalaciones se hace bajo medidas de seguridad industrial; cada uno de los pupitres, mesas y otros muebles son elaborados desde cero con material de calidad para garantizar la comodidad de los estudiantes al momento que reciben sus clases.
Entre los privados de libertad hay quienes tienen habilidades para aplicar pintura industrial, realizar trabajos de soldadura y de carpintería. Quienes carecen de estos conocimientos son capacitados durante tres meses en formación teórica y práctica.
De esta manera, las autoridades penitenciarias también buscan que los reos en fase de confianza retribuyan en obras beneficio para la sociedad a la que al finalizar su condena podrán reincorporarse.
Una vez finalizado el proceso de construcción, los muebles son ordenados por tamaño y niveles educativos para luego ser enviados a los institutos y centros escolares.



