Ese día fue «terrible y angustiante», dice Cruz Ayala, de 58 años, tras recordar los estragos que dejó el terremoto del 13 de febrero de 2001 en el municipio de Verapaz, San Vicente.
«Para mí fue terrible. Uno de mis niños, tenía 6 años para esas fechas, iba para el kínder y me lo devanó el muro de una casa bien alta y se fracturó la rodilla. Ha pasado años en tratamiento», dice la sobreviviente.
Ayala ha trabajado toda su vida en su negocio ubicado en el parque de Verapaz. El día de la tragedia vio cómo las casas se iban derrumbando una tras otra por el fuerte terremoto. «La gente gritaba, corría. Ni sentí cuando ya estaba afuera del kínder buscando a mi hijo, pero cuando llegué ya estaba otra gente auxiliándomelo», narró.
«Luego llevé a mi hijo a la clínica, pero la gente andaba enloquecida, corrían de un lado para otro, atendían a uno, pasaban a otro. Mucha gente quedó atrapada, varias de ellas se fueron ya del pueblo o se murieron», relató Cruz.
La salvadoreña además de la angustia que pasó con su hijo también perdió su vivienda el día del terremoto. «Nuestra casa era alta de adobe, y se cayó en un abrir y cerrar de ojos».
Durante más de 10 años, el hijo de Ayala pasó recibiendo tratamiento médico por las lesiones del terremoto. Mientras que su casa también poco a poco la han ido reconstruyendo. «Gracias a Dios todavía contamos la historia», aseguró.
Patrimonio destruido por terremoto en San Vicente
El terremoto del 13 de febrero de 2001 además de las pérdidas humanas que dejó, causó mucho daño material. El informe del ministerio de Medio Ambiente detalló que al menos 15,706 viviendas fueron destruidas, sumado a esto ya se registraban 169,832 casas dañadas por el primer terremoto el 13 de enero en todo el país. Aunque la concentración de daños se dio en Cuscatlán, La Paz y San Vicente.
El movimiento sísmico afectó en gran parte patrimonio cultural como la Torre de la Plaza de la ciudad de San Vicente que desde el terremoto en enero de 2001 produjo «anormalidades estructurales».
La Torre reviste valor arquitectónico y es uno de los referentes patrimoniales de la ciudad, fue levantada para conmemorar el Centenario de la Independencia Centroamericana. Además, la Catedral, así como el Casino Vicentino sufrieron daños por el sismo y tuvieron que ser reconstruidos.