César Ubaldo Granados fue uno de los cientos de casos de adolescente a los que la guerra hizo escapar de El Salvador hacia Estados Unidos para no ser reclutados y sobrevivir.
Él es originario del cantón San Antonio Chávez, de San Miguel, y recuerda que fue en 1988 cuando se animó a huir hacia el país del norte. «Estaba en pleno apogeo la guerra y por eso decidí venirme a Estados Unidos. Mis hermanos se vinieron primero y después me vine solo», expresa.
Desde que llegó a Los Ángeles manifiesta que ha trabajado solo en Noble House Antiques, un negocio de venta de antigüedades, entre estas, candelabros, muebles de todo tipo y alfombras. El local está ubicado en 612 S. La Brea Avenida.
César comenzó trabajando haciendo limpieza y otros oficios, pero con el tiempo se fue ganando la confianza de sus jefes con base en la responsabilidad y honestidad, hasta llegar a convertirse en el gerente del negocio.
«Me fui superando y eso lo vieron mis jefes, mi dedicación en el trabajo, y ya tengo 43 años de trabajar en este lugar. Mis jefes no vienen al trabajo, yo manejo las finanzas», dijo.
De las más de cuatro décadas que lleva Granados residiendo en Estados Unidos y trabajando para la tienda de antigüedades, los últimos 20 lo ha hecho gerenciando dicho establecimiento.
Expresa que la mayoría de los clientes son estadounidenses que buscan objetos antiguos para adornar sus casas o lugares de trabajo. Este migueleño visitó El Salvador cuando estaban las pandillas delinquiendo durante gobiernos anteriores, y asegura que tuvo una situación complicada con pandilleros.
«Una vez fui a mi casa [en El Salvador] y ellos [los pandilleros] llegaron a mi casa y me cobraron dinero y tuve temor por ese susto que me dieron y no volví», recuerda.
Incluso señala que su padre murió en Estados Unidos, pero por ese mismo temor decidieron sepultarlo en ese país y no en El Salvador. Su madre aún vive y reside también en Los Ángeles.
César manifiesta que cuando asumió la presidencia Nayib Bukele observó un cambio rotundo en El Salvador y decidió volver para construirle una casa a su madre, la cual terminaron hace unos meses.
Incluso menciona que uno de sus anhelos es retirarse y volver a El Salvador.
«Desde que está el presidente Bukele vemos que el país está más seguro y me animé a hacerle la casa a mi mamá y ella quiere volver. Ya la estrenamos. En un futuro pienso volver a vivir a mi país», añadió el salvadoreño, quien tiene dos hijos y una hija.
Este salvadoreño que ha salido adelante y se ha superado en Estados Unidos ya tiene pensado a qué se va a dedicar cuando retorne a El Salvador. «Me gusta mucho cultivar, la ganadería, y en eso quiero trabajar cuando regrese. Yo estaba en la escuela cuando salí huyendo de mi país y quiero volver», reiteró.
César es uno de los tantos salvadoreños que fueron obligados a salir de su territorio y rehacer sus vidas en otro país, pero que ahora aspiran a regresar. «La clave para lograr algo en Estados Unidos es la dedicación al trabajo y ser responsable», apuntó el salvadoreño.