Hasta el momento no se han reportado víctimas tras el terremoto de magnitud 5,8 que a las 12:14 del domingo (hora de Beijing), sacudió el distrito de Akqi, en la prefectura autónoma kirguiz de Kizilsu, perteneciente a la región autónoma uygur de Xinjiang, al noroeste de China, informaron las autoridades.
El epicentro fue ubicado a 41,15 grados de latitud norte y 78,41 grados de longitud este, con una profundidad de 11 kilómetros, precisó el Centro de Redes Sismológicas de China.
Este epicentro se encuentra a 24 kilómetros de la sede del distrito de Akqi y a 68 kilómetros de la del distrito de Wushi, en la prefectura de Aksu. Las áreas a su alrededor están escasamente pobladas, pero la sacudida se sintió con fuerza en ambos lugares.
«Los muebles de mi casa se movían visiblemente y podía sentir el suelo temblar cuando corría hacia el patio», relató un habitante de Akqi, que vive en el cuarto piso de un edificio. «Me siento un poco asustado después de dos días consecutivos de temblores con magnitudes de más de cinco».
Las autoridades locales confirmaron que hasta las 13:00 horas del domingo no se habían reportado víctimas ni viviendas derrumbadas.
Según la empresa de suministro de energía de Akqi, perteneciente a la Red Estatal, la red principal local, al igual que las de distribución de electricidad, funcionan normalmente. Por su parte, las operaciones de los trenes locales no se han visto afectadas.
Un sismo de magnitud 7,1 azotó el distrito de Wushi y sus zonas circundantes el 23 de enero, seguido de múltiples terremotos en el vecino distrito de Akqi. A su vez, un temblor de magnitud 5.3 sacudió el distrito de Akqi a las 6:58 del sábado.
Gao Mengtan, experto del Instituto de Geofísica de la Administración de Sismología de China, explicó que después de un movimiento telúrico de magnitud 7 o superior, las réplicas generalmente duran entre uno y varios meses, mientras que su frecuencia disminuye gradualmente.