La sociedad civil organizada y las organizaciones no gubernamentales han sido históricamente un elemento relevante para promover las causas a favor del desarrollo social del país. No importa si son grandes o pequeñas, nos han demostrado que tienen la capacidad para influir en la sociedad.
Recientemente presencié los resultados del proyecto Mujeres Constructoras de Alternativas, ejecutado por la Asociación Centros Infantiles de Desarrollo (Cinde), y con el que se ha beneficiado directamente a 285 mujeres que laboran en el sector informal.
En 2019, Cinde ganó el primer lugar del premio Ayudando a Quienes Ayudan, de la Fundación Gloria de Kriete, y recibieron $100,000, fondos que se convirtieron en capital social para financiar el trabajo con el que muchas mujeres hacen crecer sus negocios y logran, así, cambiar su vida y la de sus familias.
Me llamó la atención ver cómo organizaciones como Cinde, pequeñas en estructura pero que logran pasar de la idea a la acción, transformando vidas de mujeres que trabajan duro para llevar el pan a sus casas, muchas de ellas trabajan con sus hijos a la par, vendedoras ambulantes con ingresos diarios que rondan los $5 a $7, que no tienen acceso a crédito formal y se ven obligadas a pedir préstamos con intereses muy altos.
A través de los años hemos podido ver realizados grandes y diferentes proyectos que han sido posible gracias a los fondos que se otorgan a través del premio Ayudando a Quienes Ayudan, una iniciativa que nació con la convicción de que hay gente que hace mejor las cosas que nosotros, gente que conoce el territorio, que conoce a los líderes comunitarios, gente que tienen el corazón en el trabajo y con la que podemos encontrar una sinergia para seguir ayudando a más sectores de una forma más eficiente.
De esta forma, se logra movilizar recursos a mayor escala que benefician al logro de los objetivos comunes. El premio nobel Joseph Stiglitz argumentó que «tenemos la capacidad, si elegimos colaborar entre los sectores de nuestra sociedad y entre ellos, para hacer crecer la economía y avanzar hacia la igualdad, crear una prosperidad compartida».
Esa prosperidad compartida se logra a través del trabajo articulado. De nuestra parte como Fundación
Gloria de Kriete, proveemos los recursos económicos a través del premio para que las organizaciones sigan
contribuyendo para mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños en los distintos sectores en los que
se desempeñan.
A la fecha, hay 44 proyectos desarrollados de manera comunitaria a escala nacional, en los que se incluyen: instalación de sistemas de agua potable, apoyo a la juventud en temas de música y deporte, remodelación de importantes infraestructuras como escuelas, casas comunales, puentes, entre otros.
Desde 2006, el premio Ayudando a Quienes Ayudan ha galardonado la labor de ONG. En 2018, quisimos complementar el círculo de ayuda social y agregamos las categorías del premio Desarrollo Comunitario y premio Emprendimiento Social. Para este año ya hemos abierto la convocatoria para participar en las diferentes categorías del premio. Las inscripciones estarán abiertas hasta el próximo 14 de julio y se puede aplicar en www.fundaciongloriakriete.org.
El contexto de 2020 nos ha demostrado cómo la suma de esfuerzos y la solidaridad son necesarias para sentar las propias bases de sociedades más fuertes. Es tiempo de reinventarse, de establecer alianzas cooperativas, de dialogar sin barreras, de buscar líneas de innovación, de desarrollar nuevas políticas para mirar hacia delante con esperanza y, sobre todo, invito a seguir apoyando a las diferentes ONG, empresas o personas que trabajan con el corazón, ellos son la verdadera sociedad civil, trabajan, ejecutan y pasan de ideas a la acción. Juntos somos más fuertes y solo juntos saldremos adelante.Trabajando juntos hoy, prosperando juntos mañana