En Ahuachapán, ríos ubicados en zonas que eran controladas en gobiernos anteriores por las pandillas fueron destinos turísticos de gran afluencia en el pasado período vacacional.
En el río Paz, de Las Chinamas, un lugar conocido como Los Encuentros se convirtió en el epicentro donde varios turistas llegaron con sus mascotas y aprovecharon para degustar de variedad de comida, como los tepemechines, que son un tipo de pescado nativo de la zona.
Residentes del sector también aprovecharon para crear su ramada de palmas y emprender, poniendo a disposición sus habilidades para cocinar o vender diversos platillos.
Este destino turístico es la línea divisoria natural entre El Salvador y Guatemala, y es el punto de unión del río Grande, del municipio aledaño de San Lorenzo, y el río Pululá, que nace en el departamento de Jutiapa, Guatemala.
Además, el sitio es alimentado por pequeños riachuelos, lo que hizo placentera la estancia en un sitio natural.
«Venimos a disfrutar con nuestra gente. Ahora está más bonito. Yo le digo a la gente que venga a recordar sus raíces, ahora todo está tranquilo», expresó Juana Aristondo, una salvadoreña residente en Estados Unidos, haciendo referencia al clima de seguridad que se vive actualmente a escala nacional.
Otro lugar muy visitado fue el río San Juan, conocido como La Piedrona, en Atiquizaya.
En ese sector algunas familias optaron por hacer fogatas y acampar en sus riberas.