Los éxitos del presidente Nayib Bukele en materia de seguridad pública han permitido que El Salvador conozca la verdadera paz. Nunca el pueblo salvadoreño había vivido con la tranquilidad que ahora disfruta ni tenido la oportunidad de dejar de preocuparse por cosas que ahora parecen tan comunes como caminar de noche en el Centro Histórico de San Salvador, visitar a amigos y parientes en cualquier parte del país a cualquier hora y dejar de temer que en cualquier momento podría perder la vida.
Convertir a El Salvador en el país más seguro del continente ha sido inspirador no solo para los ciudadanos, sino que también ha sido un ejemplo para otras naciones del mundo.
La semana pasada, políticos chilenos visitaron el país para conocer de primera mano las estrategias de seguridad implementadas por el Gobierno del presidente Bukele.
El líder del Partido Republicano y excandidato presidencial José Antonio Kast dirigió la comitiva, que también incorporó a un diputado y un asesor legislativo. Se reunieron con autoridades de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP) y visitaron el Centro para el Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
También intercambiaron opiniones con los ministros de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro; y de la Defensa, Francis Merino Monroy.
Conocieron del proceso de modernización de instituciones y de las experiencias en el combate del crimen organizado y del terrorismo de las pandillas. Kast dijo a periodistas chilenos que «con cifras y planes concretos han demostrado que se puede derrotar a la delincuencia y al narcotráfico».
El «modelo Bukele» ha trascendido fronteras precisamente porque ha sido eficaz para sacar a los delincuentes de las calles y los encerró en la prisión de máxima seguridad más grande de Latinoamérica.
Para estar donde estamos fue necesario superar a la vieja clase política con el presidente Bukele y sustituir a los diputados cuyos partidos negociaron con las pandillas y que en la anterior Asamblea Legislativa bloquearon el Plan Control Territorial. Una nueva mayoría alineada con el pueblo y no con los criminales permitió aprobar las herramientas legales necesarias para la guerra contra las maras, como el régimen de excepción.
Por eso, el pueblo decidió votar para que la Asamblea Legislativa esté integrada mayoritariamente por diputados comprometidos con el pueblo salvadoreño y la guerra contra las pandillas.