Cuando el pueblo salvadoreño pasó la página de la posguerra y eligió a Nayib Bukele como presidente de la república en 2019, inició una nueva etapa de la historia nacional. Superar el cogobierno de ARENA-FMLN —que implementaron como una estrategia de protección mutua a través de garantizar la impunidad de los políticos corruptos de ambas organizaciones— permitió al país buscar el camino para el desarrollo.
No solo se trató de un cambio de gobierno, de un partido sustituyendo a otro en la administración del Estado, sino que significó una verdadera transformación. El presidente Bukele tuvo muchas dificultades para implementar el Plan Control Territorial desde el inicio de su gestión. En ese momento, la Asamblea Legislativa estaba dominada por ARENA-FMLN y sus aliados, por lo que las iniciativas de financiamiento para equipar adecuadamente a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional Civil fueron continuamente boicoteadas.
Sin embargo, la transformación iniciada por el presidente Bukele estaba en marcha y se ratificó cuando el pueblo salvadoreño —de manera libre, democrática y valiente— relegó a la irrelevancia a ARENA-FMLN, dándole a Nuevas Ideas la mayoría calificada, necesaria para implementar la guerra a las pandillas, que tantos frutos ha dado. Con el apoyo de partidos aliados, ha tenido como valiosa herramienta contra el crimen al régimen de excepción, el cual ha conquistado la paz y la seguridad para el pueblo salvadoreño.
De forma paralela, el Gobierno ha impulsado cambios sustanciales en diversos rubros, sobre todo en economía, donde, gracias a la eliminación de la violencia de las maras, ahora el turismo ha empezado a florecer. Pero no se trata únicamente de atraer turistas, sino también de garantizar las condiciones para que puedan llegar a las maravillas naturales que el país tiene.
En ese sentido, la inversión en infraestructura ha sido muy importante para garantizar las vías de acceso para las playas y otros sitios de interés. En estos días, por ejemplo, el Gobierno ha avanzado sustancialmente en la construcción de la carretera hacia Surf City 2, hacia playa Los Mangos, en Jucuarán, Usulután, al montar la estructura necesaria para un puente que se necesita en la zona. Por el lado de Conchalío, en La Libertad, donde está Surf City 1, también se avanza en ampliar la carretera para permitir la llegada de más visitantes.
Un nuevo país está en construcción, tanto en institucionalidad como en infraestructura. Y son buenas noticias para todos.