El Gobierno del presidente Nayib Bukele ha empezado la develación de 10 impulsos económicos para generar desarrollo y crecimiento. El primero fue la estrategia en torno a la obra pública, una serie de inversiones en infraestructura para generar trabajo, dinamizar la economía nacional y local, y llevar más ingresos a los hogares.
La semana pasada presentó el segundo eje del plan, el fomento del turismo. Lo hizo desde el Aeropuerto Internacional San Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, donde inauguró la nueva terminal de pasajeros, como parte de la ampliación de este importante punto de entrada al país.
Con esto, El Salvador recupera la vanguardia en infraestructura aeroportuaria, que había perdido durante los gobiernos de ARENA y del FMLN que abandonaron al sector y desdeñaron no solo al turismo como estrategia económica, sino también a los millones de salvadoreños radicados en el exterior.
Las transformaciones que están en marcha en nuestro país lo hacen un destino atractivo para los turistas, que se fascinan con las maravillas naturales, la seguridad del país y las carreteras que conectan a las playas con las montañas y con nuestros bosques cafeteros.
No es que este Gobierno inventó las olas, como dijo el presidente Bukele, pero sí las ha incorporado a la estrategia integral Surf City, que no solo lleva desarrollo a la zona costera, sino que se complementa con una agresiva promoción internacional y el desarrollo de eventos de talla mundial en nuestras costas.
A los tradicionales destinos turísticos que ha tenido el país se suma ahora la implementación del bitcóin como moneda de curso legal, que atrae a un sinnúmero de entusiastas de la criptomoneda y también a inversionistas, dispuestos a participar en la próxima Bitcoin City a través del financiamiento de los bonos volcánicos.
Algunos criptoinversionistas ya se están radicando en el país y estimulan a otros a hacer lo mismo para formar parte de esta revolución histórica.
El turismo está generando grandes oportunidades de desarrollo y una vez que se aprovechen de la mejor manera, El Salvador dará nuevamente la sorpresa internacional y superará las expectativas de crecimiento económico que, a pesar del contexto mundial, son muy halagüeñas.
El esfuerzo debe ser integral y coordinado porque no basta con tener atractivos naturales, también hay que contar con la infraestructura para recibir a los turistas, además de personal capacitado y condiciones idóneas para mantener la conexión con el resto del mundo. Ya el Gobierno ha ejecutado algunas obras, unas están en marcha y otras son proyectos de corto y mediano plazo.