Hace más de un siglo se erigió en Santa Tecla una casa que con el transcurrir del tiempo se ha convertido en una joya arquitectónica. El Palacio Tecleño es un inmueble de antigüedad urbano, tecnológico y estético con un valor cultural que representa el patrimonio edificado de la ciudad de Santa Tecla, en La Libertad.
Según la Dirección de Registro de Bienes Culturales, esta edificación presenta una línea de construcción homogénea en sus dos costados, con esquina en chaflán donde se destaca un balcón de planta semicircular. Además, cuenta con dos accesos: uno peatonal y otro diseñado y utilizado para la entrada y salida de los carruajes de la época en que fue construido.
El Palacio tiene un lenguaje decorativo ecléctico donde se encuentran elementos de corte clásico, como los frontones que rematan puertas y ventanas; las columnas y pilastras estriadas; el friso corrido en sus fachadas, así como el remate del inmueble con una balaustrada y copones.
«La casa cuenta con 12 salones, antiguamente contaba con 17. Tiene 112 años de existencia y el 28 de agosto cumplió 22 años de haber sido declarado Patrimonio Cultural puesto que el 28 de agosto del año 2001 fue firmado el Acuerdo por medio del Acuerdo Ejecutivo n.º 16-0210 de 2001», detalla Reynaldo Amílcar Arriola, auxiliar de turismo y cultura de la Alcaldía de Santa Tecla.
En cuanto a su planta arquitectónica es de tipo colonial, con un patio central rodeado de una arcada trilobular (los arcos tienen tres lóbulos o curvas) en sus cuatro costados, soportada por 22 columnas de estilo jónico clásico y un traspatio de oficios.
«Esta edificación data de entre los años 1910 y 1911, con un estilo arquitectónico ecléctico. Posee ciertas reminiscencias de varios estilos como es el renacentista con denominación francesa neoclásica, con un balcón balaustrado en su fachada principal. Su herrería de hierro forjado se conserva en puertas principales y ventanas, con detalles barrocos en sus armamentos en general y mascarones decorados al estilo Barroco Neo renacentista de la época en su fachada», indica Arriola.
En los salones se observa el uso de ladrillos de cemento decorados (cada uno diferente) con motivos fitomorfos, que por su disposición se conocen como «pisos alfombra», y en la pintura mural destaca y remarca el eclecticismo del inmueble. Su cielo falso es de madera en bajo relieve tiene rosetones decorados en cada esquina de los corredores.
«Sus materiales de construcción fueron traídos del exterior, venían de Europa prácticamente de Francia. Podemos ver que sus paredes están hechas de mampostería de adobe tobalítica y cal. Sus puertas son originales al 99 % y sus candelabros son una réplica de los antiguos», indica el auxiliar de turismo.
El lugar, construido como palacete, fue la casa de habitación de la familia Castaneda Escolán, que vivió allí 12 años, desde su fundación a inicios del siglo XX. La familia adquiera una deuda con la comuna por lo que decide entregar la casa como pago. «De la familia se sabe poco. Por 1923, doña Elena Escolán de Castaneda cae en depresión antes de entregar su casa, debido a que había perdido sus bienes. Su muerte fue bien trágica. Murió en el salón donde ahora tenemos las oficinas, ese era el dormitorio de ella. Allí la encontraron, se había suicidado. Don Fernando, su esposo, emigró para Santa Ana porque allí tenía su casa e hijos y se había venido hacia Santa Tecla cuando se casó con doña Elena», relata Arriola.
Remodelaciones en el tiempo
Luego que la casa pasara a manos de la municipalidad, desde 1924 hasta el 2001 funcionó como la Alcaldía Municipal de Santa Tecla.
Su primera remodelación se dio entre 1924 y 1927 para adecuarla como cabildo municipal. Con los terremotos de 2001 registró grandes daños que la dejó inhabilitada para trabajar dentro de ella, por lo cual se hizo una segunda remodelación entre el 2006 y 2008. La inauguración de las nuevas instalaciones fue el 25 de octubre de ese año. A partir de ese momento se llama Palacio de Bellas Artes Municipal Tecleño.
Aunque las paredes de la infraestructura son de adobe, con la última remodelación en cada una de sus esquinas se colocó ladrillo rojo para dar un mayor refuerzo y resistencia.
Otros de los cambios notorios con el tiempo ha sido el color de sus paredes. Anteriormente, cada salón poseía un color y una decoración posiblemente creada a mano alzada.
En uno de estos salones aún es posible observar los tonos que tuvo. Una de las curiosidades de los salones es que todos poseen conexión entre sí por medio de diversas puertas.
La dimensión de la casa ronda los 600 metros cuadrados, aproximadamente. Antiguamente había seis jardineras y una fuente en el centro, esta fue removida al interior de la casa.
Su uso actual
Posterior a las remodelaciones que finalizaron en 2008, el Palacio Tecleño se ha utilizado para la realización de eventos culturales, sociales, escuela de bellas artes, escuela de música, sala de exposiciones y de lectura, además de cine y sala de teatro.
A inicios de este año se retomó el Café Palacio, el cual está abierto de lunes a domingo, desde la 7 de la mañana hasta la 10 de la noche. El café está ubicado en un salón anexo al Palacio Tecleño. En sus inicios el salón era la oficina de doña Elena Escolán y en toda la casa es el único que posee un cielo falso diferente.
El palacete está abierto al público, y si se desea puede hacer un recorrido guiado que incluye otros puntos de Santa Tecla. «Hacemos recorrido desde el Palacio, por todo el centro histórico, hasta el museo, donde se les cuenta prácticamente el proyecto Festival de puertas abiertas y un poco de la historia de la fundación de la ciudad. Los recorridos son gratis. Lo que tienen que hacer es mandar una carta al director del Instituto Municipal Tecleño de Turismo y Cultura. Allí se les programa», manifiesta el auxiliar de turismo Reynaldo Arriola.