Organizaciones de defensa de los migrantes en Guatemala expresaron su preocupación por las deportaciones exprés que el Gobierno de Estados Unidos ordenó y que México envía a la frontera con Guatemala El Ceibo, ubicada en el departamento de Petén, ya que ese sector no cuenta con las instalaciones adecuadas para dar atención a los retornados.
«Lo que estamos viviendo es una crisis humanitaria producto de decisiones unilaterales de las autoridades estadounidenses en coordinación con las mexicanas, donde se está llevando a cientos de personas hacia la frontera más lejana de la ciudad de Guatemala», aseguró el analista en temas migratorios de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), Jahir Dabroy, a la cadena guate-malteca Chapín TV.
«No existen las condiciones de infraestructura necesarias para que las personas puedan ser tratadas dignamente», reiteró al medio de comunicación.
«Parece que lo que se busca es desesperar a las personas migrantes y que lleguen a sus comunidades de origen trasladando el mensaje de problemas que han padecido, entre ellos, el tema de la COVID-19», agregó.
De acuerdo con el analista, muchas de las quejas de los migrantes es que la condición de salubridad no era la idónea. «Muchas personas venían tosiendo, otros con temperatura y en cuanto al distanciamiento queda rebasado», comentó el analista.
Las declaraciones coincidieron con los reportes compartidos por la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala, que reporta cerca de 660 personas de distintas nacionalidades expulsadas por las autoridades mexicanas.
El miércoles, la institución informó que en la frontera El Ceibo no hay protocolos de atención humanitaria y de bioseguridad y que, a la fecha, la Casa del Migrante distribuye comida a los retornados, ya que no tienen los recursos económicos para pagar alimentos, hospedaje o transportes a su lugar de origen.
Además, algunas personas han ingresado con infecciones respiratorias.
El director de la Casa del Migrante, Mauro Verzeletti, exigió al Gobierno de Estados Unidos detener las deportaciones exprés y llamó a los gobiernos de la región a proteger a los migrantes. «Las restricciones y medidas drásticas impuestas por los gobiernos de Estados Unidos y México facilitan la implementación de devoluciones automáticas y violentan el derecho a solicitar protección internacional», declaró Verzeletti durante una conferencia de prensa el 18 de agosto.
Por su parte, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) solicitó que los deportados fueran traslados a Tecún Umán, San Marcos, donde serían recibidos.