El uso de la mascarilla, popularizado en los dos últimos años a raíz de la pandemia, ha ayudado a que las consultas y la gravedad por crisis asmáticas disminuyan, de acuerdo con el doctor Óscar Benítez, neumólogo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
Esto se debe a que la exposición ambiental de los pacientes con asma ha sido minimizada por el uso de esta medida de prevención y control del virus.
«El uso de la mascarilla reduce significativamente la exposición ambiental y, por lo tanto, las crisis asmáticas. En los últimos dos años han disminuido notablemente en las unidades de emergencias del ISSS. Tomemos en cuenta que el factor ambiental es el principal desencadenante de exacerbaciones asmáticas», dijo el médico.
Los datos oficiales proporcionados por el especialista especifican que la población actual en el ISSS en la especialidad de neumología es de 25,086 derechohabientes; de estos, 10,220 pacientes corresponden a la población asmática, es decir, de toda la consulta, el 40.7 % corresponde a pacientes asmáticos.
De acuerdo con Benítez, al combinar la disciplina que el paciente tiene, el uso de la mascarilla y un esquema de vacunas pertinente, la persona se aleja de complicaciones generadas no solo por su condición de asmática, sino también por las complicaciones que podría generar la COVID-19.
«El paciente asmático en El Salvador tiende a presentar síntomas de leves a moderados. Realmente, el paciente disciplinado controla bien la enfermedad. En el paciente asmático bien controlado el riesgo de complicaciones asociadas a la COVID-19 es menor. Así que es bien poca la crisis asmática que hemos estado viendo en los últimos dos años. Es importante recalcar que esta población debe contar con dos o tres dosis, como mínimo, de vacunas anti-COVID-19, también con la del neumococo y la influenza», enfatizó Benítez.
El médico agregó que los principales desencadenantes de exacerbaciones son los cuadros gripales y la exposición a aeroalérgenos; por ende, el paciente con asma debe evitarlos a toda costa, y en caso de adquirir una infección, consultar de inmediato.
«Lo más importante cuando un paciente asmático contrae COVID-19 es que tenga una estrecha relación con su médico tratante; segundo, continuar su tratamiento de base para el asma bronquial y, tercero, iniciar tratamiento para la COVID19 en el momento oportuno. Ante cualquier complicación que se presente, debe ir a uno de los diferentes griparios del ISSS», dijo Benítez.
Por otra parte, con respecto a la tasa de mortalidad por esta enfermedad, el doctor compartió que, de acuerdo con las estadísticas establecidas en el «Global Burden of Disease Study», a escala mundial se registra una disminución del 59 % debido a las mejoras en el tratamiento en los últimos años.