El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en El Salvador, Diego Recalde, informó que el programa de alimentación escolar que desarrolla el Ministerio de Educación (Mined) ha permitido que en los hogares salvadoreños se mantenga la nutrición de la niñez y sus familias.
«En la pandemia cerraron las escuelas, pero el programa de alimentación escolar nunca paró. Se volvió un elemento importante de protección social. Nos queda la lección aprendida de la importancia de los programas de alimentación escolar», comentó Recalde a «Diario El Salvador».
Antes de la pandemia, con este programa, los alimentos se les entregaban cocinados a los niños en las escuelas; pero cuando las clases se empezaron a desarrollar en modalidad semipresencial, los alimentos se les distribuyeron a las familias para que los prepararan en los hogares.
Con esta nueva entrega, las familias también pusieron en práctica los huertos familiares ya que se les entregaron semillas para cultivar en casa. Recalde aseguró que, desde la FAO, buscan promover las compras públicas, ya que son una herramienta que permite que los pequeños productores les puedan vender alimentos a las escuelas.
Según Recalde, esto generará más empleos locales y ayudará a reactivar la economía en las zonas rurales. Por lo tanto, la alimentación sostenible impacta directamente en todos los ámbitos de la comunidad, especialmente en la nutrición de los niños, que a la vez les permite mejorar el aprendizaje.
«La falta de alimentación provoca sueño y el niño no está alerta ante el aprendizaje. La mala alimentación genera enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, enfermedades coronarias, cáncer gástrico y ocasionan muertes que se hubieran podido prevenir», afirmó Recalde.
Por consiguiente, es de suma importancia continuar respaldando los programas. La FAO apoya la nueva ley de alimentación escolar, que está en fase de formulación. En esta ley se establecería incrementar la asignación alimentaria por niño, ya que actualmente es de $0.17, pero aumentaría a $0.50.
«Tendrá un cambio de cultura alimentaria pensando en el desarrollo. Esto es caminar en la dirección correcta. Brindamos acompañamiento técnico en la capacitación a docentes a través de diplomados y en la creación de los menús de alimentos», enfatizó el representante de la FAO en El Salvador.