El compromiso con el trabajo y la vocación de «ayudar a la gente» fueron reconocidos en la misión de las Naciones Unidas (ONU) en Sudán del Sur. La inspectora adjunta de la Policía de la Organización de las Naciones Unidas Martina Sandoval fue nombrada el 14 de marzo como la oficial de enlace para centros de detención en los campos de refugiados en la capital del país, Yuba.
Sandoval, de 40 años, llevará el control de los delitos de violencia doméstica, abusos sexuales, lesiones o fallecidos que se cometen en seis campos de refugiados.
Además, lidera la exposición de las guías de detención a los nuevos agentes que se suman a la misión.
Por el momento, la santaneca es la única mujer salvadoreña que ascendió al puesto, a pesar de que en otras oficinas hay otros cinco agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), también en el país africano. Esta es su primera misión en el extranjero.
La oportunidad surgió en el sistema interno de la PNC en 2015, en las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU para los agentes interesados, donde se requería hablar inglés para aplicar. Se sometió a la capacitación y a otros talleres, y en agosto de 2019, el Departamento de Operaciones de Nueva York, en Estados Unidos, confirmó su participación. Pero no fue hasta diciembre que llegó a Sudán del Sur luego de un vuelo de dos días. Inicialmente, se desempeñó como policía asesor para velar por el mantenimiento de la paz en un proceso de posguerra, desarrolló patrullajes y otros servicios en las entradas de los campos de refugiados. Después de tres meses, ya en 2020, aplicó a la posición en la que se encuentra para entregar informes y centralizar la información de los incidentes graves en los campos.
Con la información que presenta, en algunos casos una comisión debe, incluso, evaluar si el acusado regresa al campo de refugiados o se destina a otro lugar. Sandoval tuvo que esperar casi un año para alcanzar esta meta.
«Todas las mujeres tenemos la capacidad. Tenemos una historia y podemos conquistar sueños y metas, independientemente del país que seamos» dijo.
«Alguien me dijo una vez que solo yo sé lo que me ha costado estar aquí, todo lo que pasé, lo que estudié, y esa debe ser mi mayor satisfacción», expresó la salvadoreña.
De acuerdo con Sandoval, agentes salvadoreños y argentinos son los únicos latinoamericanos en Sudán del Sur. Ha convivido con policías de Suecia, Egipto, Finlandia, Indonesia, Jordania, Etiopía, China, Portugal, India y Tanzania.
Al principio, entender el acento de cada uno en inglés fue una barrera que tuvo que enfrentar, pero con los días se acostumbró a descifrar sus reportes.
La decisión de viajar a otro país fue complicada, porque tuvo que despedirse de su hija de ocho años y de sus padres. También este fue un momento clave para su carrera profesional, ya que se había sometido al proceso para ascender a inspectora en El Salvador.
«La satisfacción, la experiencia y el conocimiento que estoy teniendo acá compensan en parte el sacrificio que hice de dejar mi formación para el ascenso», comentó a «Diario El Salvador».
Después de culminar sus estudios de bachillerato con honores en Santa Ana, Sandoval supo de inmediato que quería ser policía. Su inspiración nació por un amigo que se convirtió en agente de seguridad, pero una de sus maestras le recomendó estudiar primero otra carrera. Con ayuda de sus padres se graduó en la Licenciatura de Administración de Empresas en 2005. Dos años después decidió ingresar a la Academia Nacional de Seguridad Pública. Su estadía en Sudán del Sur se ha extendido dos veces, el plazo llega hasta junio de este año, pero espera abogar para que se prolongue hasta diciembre.
Ser un agente para promover la paz es un logro personal para Sandoval, pues es un compromiso por una causa mayor que la individual.
Dentro de sus metas se encuentra representar lo mejor posible su rol en el nuevo cargo y a largo plazo, al regresar a El Salvador volverá a aplicar para el cargo de inspectora. «Son experiencias inolvidables, no sé si voy a tener otra», manifestó.