«A pesar de la negativa y el bloqueo, el Gobierno ha trabajado desde antes de que la pandemia viniera al país, no detuvo su accionar, y gracias a la gran gestión que se hizo desde el año pasado podemos decir que El Salvador, hoy por hoy, es un ejemplo mundial en el tema de vacunación».
Hace un año, El Salvador —al igual que el resto del mundo— convulsionó ante la pandemia por la COVID-19. Justo hace un año la incertidumbre era terrible. El Gobierno acertadamente tomó medidas al respecto, que sin duda fueron útiles para que esta pandemia no se desbordara en nuestro país. Luego vino el cruel e inhumano bloqueo del Legislativo y de la Corte Suprema de Justicia, argumentando que las medidas tomadas para salvaguardar la vida violentaban derechos fundamentales, como el derecho de tránsito y libertad.
Cuando el derecho a la vida es el prioritario, después de este derecho se derivan los siguientes, simple y sencillamente porque si no hay vida, no puedes gozar o defender otros derechos fundamentales, algo que parece mucho más lógico que jurídico. Y es que el derecho es coherente, congruente y lógico, o por lo menos debería serlo, pero increíblemente por temas políticos y económicos para ciertos sectores importa más la economía que la vida humana.
A pesar de la negativa y el bloqueo, el Gobierno ha trabajado desde antes de que la pandemia viniera al país, no detuvo su accionar, y gracias a la gran gestión que se hizo desde el año pasado podemos decir que El Salvador, hoy por hoy, es un ejemplo mundial en el tema de vacunación.
No podemos dejar de dar un reconocimiento a la gran logística que se está empleando en este tema. Por primera vez los salvadoreños estamos gozando de un sistema médico público digno, donde realmente la salud y el bienestar de la colectividad son prioridad. Y es que tengo conocidos en países del primer mundo que no están ni cerca de ser vacunados.
La facilidad para agendar la cita y para el acceso al megacentro de vacunación, la celeridad, el profesionalismo, el buen trato, la amabilidad y el orden son características del proceso de vacunación en el país.
Se reconoce el compromiso que en la actualidad el Gobierno salvadoreño ha adquirido en el combate de la COVID-19, llegando a casi el millón de pruebas realizadas, a un millón doscientos mil personas vacunadas, más de doscientos mil han recibido ya su segunda dosis, un promedio de 50,000 personas vacunadas al día, dando prioridad a nuestros héroes de primera línea, a los adultos mayores y al sistema educativo. A todos nos llegará nuestro turno, debemos ser pacientes.
Esto obviamente no significa el fin de la pandemia. Con base en acciones podemos estar seguros de que el Gobierno seguirá luchando por nosotros. Ahora que una luz de esperanza se divisa desde el Legislativo, estoy seguro de que se tomarán más medidas para salvaguardar la vida de la población salvadoreña.
Lo que nos corresponde es hacer nuestra parte, siendo diligentes en los cuidados personales. En ocasiones parece que por diferentes motivos los salvadoreños hemos relajado las medidas de bioseguridad, cuando es el momento incluso de duplicarlas. Vamos rumbo a tener un mejor sistema de salud público que privado y eso es algo muy positivo para nuestro país.
Tampoco puedo dejar de hacer un homenaje a todos nuestros compatriotas fallecidos y a nuestros héroes de primera línea, sistema médico y de seguridad, en especial a mi amigo, el doctor José Sáez, fallecido como un héroe en noviembre pasado. ¡Hagamos nuestra parte!