Quince meses acumulaba El Salvador de no ganar, sea por las formas o el azar. Esta noche, el equipo nacional se metió en la caja del Doroteo Guamuch, pero fue para caer por 0-2.
Así, el equipo sigue hundido en esa ruta de la derrota. Intentó reaccionar, pero lejos de eso, se halló con la segunda bofetada de los del quetzal.
Ahora, la siguiente página en el libro de la Azul es este domingo, contra Trinidad y Tobago. Tendrá que levantar ánimos ño más pronto posible o, de lo contrario, el desenlace sería fatal ante los Guerreros del Soca.
Dos bofetadas
El Salvador entró fuera de órbita en los primeros minutos. Guatemala le abría los espacios por las bandas y le daba problemas en su área.
Así, al minuto 13, Roldán se equivocó en un rechazo de pelota y dejó el balón en botines de un atacante chapín quien la dejó para el toque preciso de Caarlos Mejía.
Luego cerca de la mitad de la primera parte, el árbitro Selvin Brown le compró una caída a Nathaniel Méndez. Observó falta de Bryan Tamacas.
Rubio Méndez fue al manchón de penalti, pero se lo anunció mucho a Tomás Romero, quien le adivinó el toque al delantero del quetzal.
Tras la atajada, Hugo Pérez, seleccionador mayor, salió enérgico a gritarie al cuarto árbitro, Nelson Salgado, que se había equivocado su colega, Selvin Brown, en marcar penalti. Acto seguido vino la amarilla para el entrenador de la Azul.
Ese yerro caló en los ánimos de los del quetzal. Así, El Salvador, por fin, se animó a jugar. Para eso tuvo que aparecer Leonardo Menjívar, quien en los primeros minutos había estado errático.
Cuando Menjívar tenía la pelota le alcanzaba para hacer de las suyas. Volvió a mostrar ese perfil de jugador diferente. Abrió juego por la derecha para combinar con Alexánder Roldán, quien se tuvo que comer al menos 20 abucheos de la hinchada chapina, que no le perdona haberse decidido por jugar para El Salvador sobre la opción de Guatemala.
Roldán mandó centros por la derecha, pero ni Joaquín Rivas ni Brayan Gil tenían esa frialdad para definir. Incluso, Rivas estuvo sobrado por la izquierda. Tuvo al menos dos en las que pudo haber hecho más.
Para la segunda parte, El Salvador se atrevió más, pero eso iba a traer riegos de contragolpe que podían salir caros. Guatemala quería cobrar más agravios. Los pudo cobrar a diez del final con un gol de larga distancia de Pedro Altán, para sepultar así todo esfuerzo de la Azul.