El presidente Nayib Bukele goza de un alto respaldo popular y una aprobación total a su gestión. Nunca en la historia de El Salvador se registró un fenómeno similar, ni siquiera hay precedentes en la región latinoamericana. Lo cierto es que el «fenómeno Bukele» (o «milagro Bukele», como le llaman en Colombia) es fuera de serie, rompiendo cualquier molde.
Las políticas acertadas lanzadas por el gobernante han marcado pauta para otras naciones. Así sucedió con el combate contra la COVID-19 (que logró minimizar las muertes y fortaleció ampliamente la red pública de hospitales, al tiempo que inmunizó a la población), la adopción del bitcóin como moneda de curso legal, la distribución de computadoras entre los alumnos del sector público, la promoción del surf y el país como destino turístico y, sobre todo, el mayor éxito de la administración Bukele.
Gracias a que ha sido el único presidente que ha cumplido su palabra de combatir a las pandillas, la población salvadoreña está plenamente convencida de que este ha sido el mejor gobierno de la historia. Incluso hasta los panfletos que forman parte de los órganos de propaganda de la oposición son incapaces de ocultar el respaldo popular al presidente Bukele, que se refleja en el deseo mayoritario de que continúe dirigiendo el país en un segundo período y en la enorme intención de voto a favor de Nuevas Ideas, el partido del mandatario, para que la nueva Asamblea Legislativa continúe brindando gobernabilidad y apoyando las políticas presidenciales.
Los ataques de la oposición, articulados con organizaciones extranjeras, no han podido hacer mella en el apoyo que el pueblo da al gobernante. De hecho, los logros del presidente Bukele han traspasado fronteras y tiene simpatizantes en diferentes países y latitudes, quienes se sorprenden de lo mucho que ha logrado en su primer período como mandatario.
En la última encuesta realizada por un medio opositor, el respaldo hacia Nuevas Ideas es del 94 % entre las personas que aseguran que van a ir a votar, que son al menos el 68 % del electorado, lo que demuestra que el apoyo al presidente no hace más que crecer. Además, revela el alto grado de confianza en la administración del presidente Bukele, que ha logrado convertir a El Salvador en una de las naciones más seguras del continente, después de haber sido la capital del crimen durante los gobiernos de ARENA y del FMLN.
El pueblo ya decidió. Apoya totalmente al presidente y desea que continúe el buen gobierno.