El Salvador tiene diversos tipos de bosques tropicales, semi húmedos, nebulosos, húmedo subtropical, entre otros. Cada uno de ellos tiene en su interior una amplia variedad de árboles, de los que muchas veces se desconoce su nombre, procedencia y uso; pero Frank Sullyvan Cardoza, ingeniero agrónomo con maestría en el manejo y conservación de bosques tropicales y biodiversidad, se dio a la tarea de crear un catálogo donde presenta una colección de fotografías de árboles nativos de El Salvador.
De esta recopilación, se tomó una muestra de 28 especies arbóreas, y en el marco de la celebración de los 140 años de creación del Museo de Historia Natural de El Salvador, (Muhnes), y las tres décadas del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes), se presentó la exposición «Equilibriums. Árboles nativos de El Salvador».
«Como ministerio, trabajamos por fortalecer una cultura ambiental que anime a los salvadoreños a cuidar la naturaleza que nos rodea, labor y visión compartida con Fiaes, por eso, con entusiasmo inauguramos esta impresionante exposición fotográfica que promueve la protección y conservación de los árboles nativos, para preservar así los ecosistemas que nos dan vida», manifestó Astrid Bahamond, directora nacional de Museos y Salas de Exposición durante la inauguración de la muestra.
La directora destacó el trabajo que realiza el Muhnes en cuanto al registro de nuevas especies para la ciencia y que, además de ser un espacio de exhibición, es una entidad que investiga, publica y custodia el registro del patrimonio natural salvadoreño presente en las colecciones nacionales de historia natural.
El Muhnes fue fundado por el doctor David Joaquín Guzmán el 9 de octubre de 1883 y nació como Departamento de Ciencias Naturales del Museo Nacional, para albergar piezas importantes de minerales, botánica, zoológica, antigüedades, historia y bellas artes. Se ubica en la categoría de los museos de ciencias y su función es la investigación, inventario de la diversidad biológica, documentación y custodia de importantes colecciones de carácter geológico, paleontológico y de especies que conforman los ecosistemas del país.
La exposición y el equilibrio con la naturaleza
El nombre de la exposición surgió porque a través de ella se quiere hacer referencia a la vida, los ecosistemas y la interacción que debe existir entre los humanos y el medioambiente, de manera que se comprenda que todo, en conjunto, es necesario para formar y mantener equilibrio.
Además, pretende mostrar la importancia y los beneficios que los árboles proporcionan a los ecosistemas y a los seres humanos. Entre los beneficios más importantes están la regulación del clima, infiltración de agua, captura de carbono y reducción de los niveles de contaminación ambiental, así como proporcionar refugio y alimento a la fauna silvestre.
«Está pensada principalmente en dar a conocer todas las especies nativas de los árboles que nosotros tenemos, dado que en los últimos años vemos el surgimiento de muchas especies introducidas y lo nativo lo estamos dejando relegado a los bosques. También es importante ver la belleza que tienen nuestros bosques y que podríamos ponerla como más visible en parques o en áreas verdes de nuestra ciudad. El autor rescata especies que son emblemáticas, especies que se han encontrado en la lista de amenazadas o en peligro en extinción», indicó Jenny Menjívar, bióloga y curadora del Herbario Nacional del Muhnes.
Cuando se habla de especies nativas se refiere a ejemplares propios de un lugar, en este caso se puede decir que son propias de la región centroamericana o mesoamericana, es decir, no solo se encuentran en El Salvador, pero sí son propias del bosque y del ambiente trópico que el país posee.
«Hay una especie que fue nombrada con epítetos salvadorensis porque fue descrita por primera vez en El Salvador. Esta es solo una pequeña muestra de la gran cantidad de árboles nativos que tenemos en nuestro país. El autor trata de rescatar algunas especies que son emblemáticas por su importancia ecológica y por la belleza escénica que nos generan esos árboles que lo podemos apreciar principalmente cuando vamos de paseo, en los bosques y en las carreteras», agrega la bióloga.
En cuanto a la coloración que pueden tener las flores de los árboles de la misma especie, la experta detalla que se debe al clima, a la cantidad de sol que reciben, el suelo donde se encuentran y los nutrientes que adquieren.
Dentro de la colección también se presentan arbóreas que son pocas conocidas, y su uso aún más, como el caso del Julupe o papaya montés, un árbol conocido como un ancestro evolutivo de la papaya común y que en épocas prehispánicas sus hojas eran utilizadas para envolver alimentos.
«Yo no lo he probado, pero según me han comentado mis colegas que sí lo han hecho, es un sabor delicioso entre mamey-melocotón o algo así. Es una fruta que realmente poco se conoce y que se encuentra en nuestros bosques. Son muy pocas las personas afortunadas que tienen el privilegio de comer este tipo de frutos», relata Menjívar.
La exposición «Equilibriums. Árboles nativos de El Salvador» estará disponible hasta le próximo 20 de enero, en las instalaciones del Muhnes. El horario y valor de la entrada es el mismo que se tiene el parque Saburo Hirao.