El actual presidente de ARENA, Carlos García, publicó en redes sociales algo que a muy pocos les sorprende: que no sabe a ciencia cierta dónde están decenas de millones de dólares que el partido recibió como donativos o que gastó como parte de «campaña electoral».
Se trata de $72 millones de «fondos propios» cuyo paradero se desconoce. García reclama que incluso, con esos ingresos, recibió el partido con una deuda de $7 millones. «Nos preguntamos dónde están esos fondos y por qué no se pagaron las deudas. No seremos cómplices de los errores del pasado», sentenció en su cuenta en la red social X.
ARENA fue fundada por Roberto d’Aubuisson, señalado por la Comisión de la Verdad por el asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, declarado santo por la Iglesia católica. Los gobiernos de ARENA se convirtieron en un permanente saqueo de las arcas del Estado. Esta corrupción sin freno hizo millonarios a los miembros de la cúpula, además de que normalizó el pago de favores políticos a través de las contrataciones de todos sus activistas en instituciones públicas.
Sin más ideología que la defensa de los intereses de sus financistas, ARENA empobreció al país y permitió el surgimiento de las pandillas, las que luego, por su inoperancia —al principio— y complicidad —más tarde— se convirtieron en estructuras criminales con las que terminó pactando favores políticos.
Además de desviar fondos públicos hacia cuentas privadas (como lo prueban numerosos procesos judiciales, como el iniciado contra el primer presidente tricolor, Alfredo Cristiani), los cabecillas de ARENA no solo utilizaron el dinero de sus patrocinadores privados, sino que también tomaron donativos internacionales para financiar sus campañas electorales, como sucedió con los $10 millones donados por Taiwán para atender a víctimas de los terremotos de 2001, pero que terminaron pagando los gastos para llevar a Antonio Saca al poder (el cuarto presidente de ARENA).
Ahora García reclama que no hay registros de esos millones que entraron a las arcas del partido y que incluso una parte de los $7 millones que deben a proveedores «es una deuda ficticia». En otras palabras, no solo desfalcaron al Estado, sino que se robaron entre ellos mismos.
El caso no termina ahí. Marcela Villatoro, diputada arenera, reclama que la auditoría que García está preparando para analizar 20 años de gestión de las anteriores dirigencias también lo incluya a él. En respuesta, García reclamó a través de redes sociales y le demandó «unidad».