El devastador incendio forestal que arrasó la semana pasada una localidad del archipiélago estadounidense de Hawái ha dejado un saldo de al menos 80 muertos, informaron el viernes por la noche las autoridades del condado de Maui, y la justicia abrió una investigación sobre el manejo de la crisis, cuestionado por habitantes.
«El número de muertos asciende a 80», informó el condado de Maui en su última actualización periódica de la situación, y añadió que 1,418 personas fueron evacuadas y llevadas a refugios de emergencia.
Las críticas por la reacción oficial ante el desastre son cada vez más fuertes, por lo que la fiscal general de Hawái, Anne López, anunció la apertura de una investigación sobre cómo fue manejada la crisis.
Los residentes se han quejado de que no hubo advertencias sobre el incendio, que dejó atrapada a la gente en la localidad. López dijo que emprenderá «una revisión exhaustiva de la toma de decisiones críticas y de las políticas en vigor» en la zona.
En Lahaina, ciudad de la costa oeste de Maui, muy popular entre los turistas, los habitantes, aturdidos, buscaban entre los restos ennegrecidos de las casas alguna pertenencia que hubiera sobrevivido a la furia de las llamas.
«¡Se llevó todo, todo! Me parte el corazón», lamentó Anthony García, de 80 años, quien se radicó en la ciudad hace tres décadas.
De los comercios, hoteles, edificios y restaurantes que hacían el encanto de este poblado marino de 13,000 habitantes, ya no queda casi nada.
Un majestuoso árbol de higuera de Bengala, una atracción turística, fue alcanzado por las llamas, pero parece haber sobrevivido y permanece solitario en medio de las ruinas. Algunos fueron afortunados. «No podía creerlo. Estoy muy agradecido», dijo Keith Todd tras encontrar su casa intacta.