Entre los migrantes hay africanos de Sudán, Chad o Costa del Marfil, y también afganos con sus familias. Entraron la noche del sábado en un edificio de 8.000 m2 que debía ser demolido, e hicieron una «requisa ciudadana», indicó United Migrants, una asociación que les brinda apoyo.
Las fuerzas del orden acudieron al lugar para «detener las entradas, y luego invitaron a las personas a abandonar el lugar, lo cual rechazaron», indicó a AFP la prefectura de policía, que argumentó que la ocupación del edificio «es ilegal» y que éste «no está adaptado para albergar a gente» y menos aún a familias con niños.
La asociación United Migrants indicó que un responsable suyo fue detenido. Según una fuente conocedora del caso, «es un militante bien conocido de la policía por numerosas acciones de este tipo en locales vacíos e inaptos para vivir».
Este domingo de mañana, «alrededor de 300 personas seguían en el lugar», y unas 40 refugiadas en el tejado «para evitar ser expulsadas», añadió Madeleine Barataud, una militante asociativa presente en Gentilly.