La Fiscalía General de la República inició ayer el proceso de embargo contra ARENA por el desvío de $10 millones que envió Taiwán como donativo para atender a las víctimas de los terremotos de 2001. El dinero, sin embargo, fue utilizado por el partido tricolor en la campaña para lograr la elección de Antonio Saca como presidente de la república.
El entonces presidente, Francisco Flores, recibió cheques para entregar a los damnificados, pero en su lugar el dinero quedó en su partido. Por muchos años, la ayuda internacional fue desviada hacia cuentas particulares para enriquecer a políticos corruptos, sin que la justicia iniciara procesos debido a que estaba controlada por la misma estructura de saqueo.
Han pasado 20 años desde que esos fondos de la cooperación internacional terminaron en las cuentas de un partido político y nunca regresó nada al Estado, hasta ahora.
Estamos siendo testigos de cómo la justicia está poniéndose al día con respecto al robo que el pueblo salvadoreño ha sufrido durante las últimas décadas. La llegada del FMLN al Gobierno no hizo más que perpetuar la corrupción, porque en lugar de buscar el regreso de millones de dólares robados durante los gobiernos de ARENA, se unió al saqueo y protegió a sus antiguos adversarios, de quienes se hizo socio y aliado.
¿Dónde estaban entonces las voces que exigen transparencia? Algunas, muy cómodas con el gobierno de turno, se limitaban a recibir sobresueldos por integrar comisiones intrascendentes, que solo eran la fachada para comprar sus voluntades; otras, en cambio, formaban parte de la corrupción y llevaban sus fondos a paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos.
En la limitada investigación que hizo la Asamblea Legislativa sobre el robo del donativo de Taiwán, el expresidente Flores reconoció que él recibió los cheques y que el dinero llegó «a sus destinatarios».
Una posterior investigación bien podría ahondar en que esos bonos también significaron un soborno, puesto que garantizaban la votación del país en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a favor de Taipéi, que año con año se repite, pero sin la fuerza necesaria para que el territorio sea reconocido como un país. El dinero de Taiwán fue tomado por otros políticos corruptos en la región y llevó a la cárcel a expresidentes como Alfonso Portillo (Guatemala) y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica) por sobornos. Flores también era investigado por ese delito cuando falleció.