Los jóvenes quienes estudian licenciaturas en psicología, enfermería, educación inicial, ciencias de la educación, ingeniería civil, ingeniería eléctrica y uno graduado de ingeniería industrial, están conscientes que no será un camino fácil, pero tampoco difícil, ya que en sus planes a futuro está trabajar y contribuir a dinamizar la economía de un país que, según ellos, tiene el potencial para ser un polo de desarrollo.
Los futuros profesionales contaron sus historias a Diario El Salvador, donde se demuestra sus ganas de cambiar su vida y la de sus familias.
Marvin Navarro: «Los jóvenes tenemos la capacidad de cambiar el rumbo del país»
En un momento pensé que ya no podía seguir estudiando, estaba decepcionado porque las limitaciones económicas de mi familia, no me permitirían seguir con lo que quería; sin embargo, ahora ya estoy egresado de ingeniería industrial y estoy estudiando una pre-especialización en control de la calidad.
Me encantaría estar en una empresa que me permitirá crecer en ese rubro. En un futuro me veo en una empresa aportando con mis conocimientos, devolviendo lo que ellos me han dado, que sean de favor de darle el apoyo a la comunidad en la que se encuentra y a mi familia.
Conocí la fundación cuando yo me encontré en busca de oportunidades académicas y soy parte de los becarios desde 2014.
El originario de Berlín, Usulután, dijo que planea ayudar a su hermano para que no tenga las limitaciones que él tuvo para poder estudiar. Además, se siente capaz de ser parte de los proyectos que tiene el Gobierno en la zona oriental del país.
«Con estos nuevos proyectos vamos a tener las oportunidades de poder trabajar. Estamos contentos porque ya se está viendo más a los jóvenes. Lo que espero a un futuro cercano es que las empresas vean lo mismo y así ser parte de un desarrollo económico», dijo el beneficiario.
Navarro dijo que su dedicación al trabajo es algo que lo llevará a salir adelante, además, comentó que si tuviera la posibilidad de crear proyectos en su zona serian principalmente apostándole a la educación de la zona oriental.
Kevin López: «Quiero ser ingeniero, pero también quisiera estudiar arte culinario»
Antes de que llegara la pandemia, Kevin Geovanni López, de 19 años, quien cursaba su primer año de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de El Salvador, con sede en San Miguel. Sin embargo, cuando las clases se comenzaron a impartir de forma virtual, el joven ya no pudo continuar su carrera porque no tenía acceso a internet.
La desilusión no pudo ser mayor. Sin embargo, su hermano le recomendó que tocara las puertas de la FUNDAGEO para poder continuar sus estudios universitarios. Esa recomendación fue suficiente para que Kevin visitara la fundación, que de inmediato le permitió continuar con su carrera.
El joven, quien posteriormente también quisiera cursar estudios culinarios, asegura que fueron sus padres quienes siempre lo impulsaron a estudiar y sacar buenas notas.
Ahora, todos los sueños de Kevin se podrán hacer realidad, gracias a la fundación.
José Gómez: «Ser hijo de una madre soltera ha hecho que quiera salir adelante y apoyar a mi familia»
Desde que estaba en bachillerato me di cuenta de que me encantaba la psicología, ya que quería saber más del comportamiento humano. El ser hijo de una madre soltera ha hecho que quiera salir adelante y apoyar a mi familia desde mi rama de estudio.
Desde 2017 soy parte del programa y desde ese momento me di cuenta de que con este estudio sí iba a hacer lo que siempre soñé.
Al no tener las posibilidades para estudiar, al usuluteco comentó que su destino era buscar un empleo de la zona y dedicarse a lo que comúnmente se hace en el oriente del país, pero con el apoyo de LAGEO BECAS ahora ya casi termina su licenciatura.
Gómez dijo que el trasladarse desde su hogar hasta la universidad es un sacrificio que ha valido la pena. Sin importar despertarse desde la 4:00 a.m. y atravesarse todo el departamento de San Miguel, día a día, está luchando para salir adelante y decirle al mundo que si ha podido lograrlo y estar donde se merece.
«La beca que me dio FUNDAGEO me permitió pagar gastos de alimentos, gastos básicos de vivienda y alquiler, además del costo del transporte para poder ir a la universidad», dijo el usuluteco.
Mariam Serrano: «Siempre quise estudiar, salir adelante por mis papás»
Mi enfoque siempre ha sido salir adelante con los estudios. Yo quiero ayudar a mis padres, entregarle mi trabajo a los que lo necesitan, dijo Miriam Serrano, una joven que por muchos años ha dedicado su tiempo a ser parte de Comandos de Salvamentos.
Desde los 12 años es socorrista, en un inicio quiso ser doctora, pero por sus limitantes recursos económicos se lo impidió; sin embargo, ahora estudia tercer año de licenciatura en enfermería, una carrera corta, que funcionara y que sirviera para ayudarle a su hermana.
Serrano comentó que su familia es muy humilde y que por más que se esforzaran no podrían pagarle una carrera universitaria, además, que con sus padres pensaron en apoyar los estudios de su hermanita menor que ahora tiene 10 años.
«Mi sueño siempre fue estudiar medicina, pero también me llamaba la atención estudiar comunicaciones, porque en Comandos de Salvamento hacen ese trabajo, pero mis padres siempre me dijeron que estudiara una carrera de menos tiempo, para que le ayudara a mi hermanita, entonces por eso me decidí licenciatura en enfermería», comentó emocionada, mientras sus ojos se llenaron de lágrimas.
Su objetivo principal es graduarse y poder ayudar a los que más necesitan y, sobre todo, enseñarle a su hermana que con esfuerzo siempre se puede salir adelante.
Joaquina Sura: «Estaba bien contenta porque iba a cumplir mi sueño de estudiar»
«Nosotros los maestros somos los que formamos a los profesionales que están ahorita, a veces dicen que los maestros ganan poco, no hacen mucho, pero no, hacen grandes cosas porque son los que nos han formado a nosotros el futuro de nuestro país», dijo Sura al momento de contar su experiencia.
La joven originaria de Chinameca dijo que cuando le llamaron y le dijeron que iban a darle la beca para solventar los gastos de bachillerato, estaba muy feliz, ya que eso le serviría para estudiar y sacar adelante a su familia.
«Yo bien contenta porque yo decía voy a estudiar y llegaron a hacer el socio económico a mi casa y todo, entonces ellos vieron ahí las necesidades que yo necesitaba», dijo Sura.
Ivette Quintanilla: «Desde que salí del bachillerato supe que no podría costearme una universidad privada»
Desde 2012, Quintanilla es parte de los becarios de FUNDAGEO. Antes de llegar a la fundación, ella sabía que, por sus limitados recursos económicos, nunca iba a poder costearse una universidad privada; Sin embargo, siempre buscó salir adelante.
La originaria de Chinameca solo vive con su abuela y su papá, y son ellos los que siempre la impulsaron a salir adelante, a darle ánimos para que sea una mujer de bien, ahora, es estudiante de ciencias de la educación y busca ayudar a desarrollar a su comunidad.
«Mi papá y mi abuela siempre me han apoyado y sabía que sin mis estudios no me iba a quedar», dijo.
La joven dijo que en su pensamiento siempre ha sido salir adelante y llegar lejos, así como lo hizo su hermano. «La educación es el único medio en el que el país puede salir adelante», subrayó.
Jerry Quintanilla: «Quiero ser el pilar fundamental de mi hogar»
Si termino mi carrera me gustaría trabajar para seguir apoyando a mis padres porque ellos han sido mis motores, ese es mi principal meta de vida, ya que mi papá ya no puede trabajar por su edad y sus enfermedades.
Considero que los planes que tiene el Gobierno en la zona oriental creo y considero que puedo aportarle en mis conocimientos y así dinamizar el desarrollo de nuestra zona.
El joven de Chinameca dijo que se dio cuenta del programa de FUNDAGEO porque a su papá le comentaron y desde ese momento inició a hacer el proceso, ahora, está a punto de graduarse de ingeniería civil.